Bárbara Estrabou es recordada por los fans de Chiquititas por haber interpretado a uno de los personajes más malos de la tira. A pesar de que se destacó en la interpretación y que participó en otras ficciones, su carrera actoral duro poco y tuvo que buscar un nuevo trabajo alejado del mundo televisivo. Su vida fue mejorando poco a poco, pero la pandemia la llevo a una crisis economía y tuvo que reinventarse

Sin dudas,  Chiquititas fue en un programa que marcó a una generación. A lo largo de sus 6 años en el aire, la exitosa tira infantil se ganó el corazón de grandes y chicos. Por la ficción pasaron decenas de jóvenes actores y actrices que enamoraron al público. El hogar de niños nunca desapareció del imaginario colectivo

Como bien se sabe, Cris Morena es una de las creadoras de contenido televisivo con más éxitos. Su productora es un gran semillero de artistas hace más de dos décadas. Muchos de los actores y actrices que ella formó hoy son reconocidos a nivel mundial por su talento, mientras que otros decidieron dejar las pantallas para seguir una vida tranquila. 

Bárbara tenía apenas 11 años cuando la convocaron para interpretar a Carolina, la huérfana villana del "Rincón de Luz", el hogar de niños y adolescentes abandonados que estaban a cargo de Belén Fraga, Romina Yan. Su personaje era frío, calculador, egocéntrico, envidioso y peleador. La falta de oportunidades y el rencor provocó que la odiaran todos los chufos y las chufas.

Desde el primero momento, todos destacaron lo bien que encaro su trabajo para la poca edad que tenía.

Estrabou llegó a la ficción a través de un casting donde adicionaron más de 100 chicos y solo quedaron dos. Ella en ese entonces estudiaba teatro, entonces cuando la editora le dijo de salirse del libreto para discutir sobre una lapicera, la joven chica sorprendió a todos con la maldad que adquirió su cuerpo en un abrir y cerrar de ojos. 

Luego de pasar por el éxito en la novela infantil, fue convocada para actuar en Verano del 98 donde tuvo un personaje de aparición especial. También tuvo una pequeña aparición en la novela "Trillizos, dijo la partera", protagonizada por Guillermo Francella y Laura Novoa. Ya en los 2000, participo en "Son amores"

Si bien siguió trabajando en la televisión, pero en publicidades, poco a poco fue dejan el mundo de la ficción para dedicarse a terminar los estudios. Luego de finalizar el secundario, se anotó en la facultad para estudiar Marketing, que después de un tiempo decidió abandonar para entrar en Relaciones públicas, que tampoco logro acabar dicha carrera.  

Con el conocimiento que le dio la universidad, trabajó en una empresa de viajes donde se desarrolló hasta el 2020. Debido a que la pandemia azoto a este sector, se quedó desempleada. A pesar de las malas circunstancias, salió a delante gracias a un nuevo proyecto. En esta oportunidad, emprendió, por su cuenta, en una marca de lencería llamada "Regina"

A los 30 fue mama de un nene que llamo Bautista. Según dijo en algunas entrevistas, su hijo es el gran amor de su vida.  Hoy en día sigue con el emprendimiento, aunque reconoce que le gustaría volver a probar suerte en la actuación