Nadia Terazzolo ingresó a la octava temporada de Gran Hermano y se hizo conocida como la "mamá" de la casa debido a que tenía un hijo pequeño. En aquel entonces su dura historia de vida marcada por la depresión, no paso desapercibida y  generó diversidad de opiniones tanto a favor como en contra de la participante, por este motivo fue la primera eliminada del juego. A pesar de su corto paso por la televisión, pudo cambiar su situación económica por completo y cumplió muchos de sus objetivos, sin embargo, luego de un tiempo optó por una vida tranquila y sana en el interior

Gracias al furor que hay en las redes sociales por la nueva temporada del popular reality, muchos usuarios traen al recuerdo algunos ex hermanitos que fueron reconocidos por distintos motivos desde su primera emisión en 2001. Mientras algunos se destacaron por sus enormes deseos de pertenecer al mundo artístico, también hubo quienes conocieron lo más oscuro y doloroso de la fama. Con el regreso del exitoso concurso, muchos participantes volvieron del anonimato para contar sus experiencias luego de ser parte del formato

Nadia Terazzolo se hizo conocida como "la mamita" de la casa de Gran Hermano 2015. 

Una joven con una dura historia  

Nació en la localidad de Carlos Casares, en el interior de la Provincia de Buenos Aires. Su juventud estuvo marcada por el dolor y el miedo, ya que cuando tenía solo 19 años quedo embarazada de un conocido corredor de autos de su ciudad. A pesar de que era chica y que el hombre no se quería hacerse cargo, Terazzolo decidió seguir con la gestación del bebe, pero inesperadamente todo cambio cuando la pareja se fue de viaje. Según contó la chica en distintas entrevistas, ambos pararon a tomar algo en Bolívar y ella se quedó dormida. Tiempo después se despertó ensangrentada en Mar del Plata, ya que le habían practicado un aborto pese a que ella no quería

El terrible hecho le cambio la vida para siempre, de hecho, sufrió una gran depresión por lo ocurrido y hasta intento quitarse la vida en dos oportunidades. Gracias al apoyo de sus seres queridos, pudo iniciar un tratamiento terapéutico para salir adelante y tomó la decisión de llevar a su primer hijo tatuado en su cuerpo. Más allá del su tristeza, también debió superar momentos de mucha presión debido a que muchos vecinos cuestionaron sus duras vivencias y aseguraban que ella  "extorsionada" por contar su pasado con el corredor. Muchos años le costó recuperarse, pero la llegada de su hijo Valentino le dio una nueva esperanza

La mamá de Gran Hermano 

En 2015, cuando ella tenía 30 años y su hijo 7, tomó la decisión de cumplir uno de sus sueños que era poder trabajar de modelo. En ese entonces, vio a Gran Hermano como una posibilidad de alcanzar sus objetivos y mejorar la vida de su familia. Tras pasar varios castings, quedó seleccionada como una de las participantes que ingresarían a la casa. Desde el primer momento se mostró como una persona transparente y contó su duro pasado, pero sus compañeros de programa no creyeron su relato y juzgaron la veracidad del mismo. Si bien esa temporada hubo varios personajes con historias de vidas muy complejas, pocos le dieron la oportunidad a Terazzolo. 

A los pocos días del ingreso, la joven de Carlos Casares, estaba bajo la mirada de todos los hermanitos y cada cosa que hacía era sometida a fuertes discusiones. Asimismo, el encierro y la falta de su familia le empezó a pesar y en más de una oportunidad tuvo que ir al confesionario a recibir contención. Luego de 15 días de juego, la nominaron y por decisión del público fue eliminada de la competencia con poco más del 50% de los votos. Su salida fue conmovedora, ya que el reencuentro con su hijo fue en vivo y directo. Además, se le abrieron las puertas de iniciarse en los medios de comunicación como modelo. 

Una nueva vida lejos de los medios 

Tras su paso por la casa de Gran Hermano, Terazzolo inició su carrera profesional en el mundo de la moda y disfrutó los beneficios de la exposición mediática. Al poco tiempo de hacerse conocida, le ofrecieron modelar para Playboy y aunque al principio dudó, terminó aceptando el trabajo. Asimismo, tuvo muchas oportunidades laborales que le sirvieron mucho para mejorar la situación económica familiar, pero entre todo lo bueno también había cosas malas. Debido a la gran cantidad de compromisos que tenía, vivía estresada y prácticamente no dormía, sin embargo, su principal preocupación era el miedo de manejarse sola en medio de la noche y por rutas que no eran seguras.

Al pasar el tiempo, su fama fue cayendo y poco a poco su carrera dejo de tener relevancia dentro de los medios. Si bien intento continuar con este estilo de vida, se agotó y tomó la decisión de volverse a su localidad natal. Esta medida no fue para nada fácil porque el cambio fue brusco y muchas personas continuaban juzgando su historia, además, se despertó en ella nuevamente la depresión y la tristeza. En ese entonces, la figura de su hijo volvió a ser fundamenten en su recuperación emocional y tuvo que buscar la manera de reinventar su destino.

Terazzolo en la tapa de Playboy. 

En medio de su recuperación, Terazzolo debió superar dos internaciones clínicas por una parálisis a causa del síndrome de burnout. También emprendió un nuevo tratamiento psiquiátrico y conoció nuevas terapias alternativas como la sanación de linajes, que es una tendencia holística que permite tener conciencia sobre las memorias de sus ancestros y trata de ligar esos mensajes con el presente. Gracias a la ayuda que recibió, actualmente organiza grupos de acompañamiento y apoyo emocional. 

Después de mucho esfuerzo, pudo salir adelante y pudo recuperar su tranquilidad. Asimismo, se encontró una nueva profesión que la apasiona que son los masajes. De este modo, creó un centro de estética en Carlos Casares donde trabaja como masajista. A raíz de su paso por los medios, la ex hermanita aseguró que, en más de una oportunidad, le ofrecieron ser parte de la política local, pero ella prefiere mantener su vida anónima y tranquila