Fue compañera de Marianela Mirra en Gran Hermano 2007 y ahora vive en una aldea "hippie" junto al ex de Nicole Neumann: la nueva vida de Vanina Gramuglia
La ex "hermanita" participó de una de las ediciones más picantes de Gran Hermano y le dio un vuelco a su vida cuando conoció a su marido Nacho Herrero. Hoy da talleres de astrología y meditación en Córdoba. ¡Mirá!
Gran Hermano es sin dudas una fábrica de celebridades. Quien pasa por la casa más famosa del país tiene asegurado, por lo menos por un tiempo, lugar en los programas más vistos de la televisión. En ese marco, muchos participantes han sabido hacerse un lugar en carteleras de teatro, novelas y programas de baile.
De todas las ediciones, la del 2007 fue una de las que más marcó a la historia del ciclo en la pantalla nacional. Con Marianela Mirra como la gran estratega y ganadora, fueron también otros participantes como Claudia Ciardone, Griselda Sánchez, Nadia Epstein, Silvina Schefler, Jéssica Gómez y Diego Leonardi los que también se metieron en los hogares y en la memoria de los millones de televidentes.
Entre ellos también estuvo Vanina Gramuglio, una participante que permaneció dentro de la casa solo 20 días, pero que dejó su huella por su particular estilo de vida. Entre el tarot y las charlas espirituales y profundas, la morocha consiguió hacerse de algunos vínculos que no le alcanzaron para avanzar en el juego.
Formada en astrología, una vez fuera de la casa, la quilmeña permaneció durante algún tiempo en el ámbito mediático, plasmando su pasión por los astros en la pantalla, hasta que se dio cuenta de que su camino no iba por ahí y se retiró del circuito.
En esa época, desarrolló su pasión por la escritura y publicó varios libros sobre espiritualidad, su verdadera pasión. Además, comenzó a dictar talleres angélicos, para potenciar la conexión con seres superiores, en una búsqueda por el autoconocimiento.
En medio de su camino de redescubrimiento, en 2014 se topó con Nacho Herrero, ex marido de Nicole Neuman, y la conexión entre ellos fue instantánea. Si bien ella ya poseía un perfil bajísimo, se encontró con una persona con varias polémicas en su haber: luego de 9 meses de casados, se separó de la modelo en un divorcio sumamente mediático.
Luego de tres años de relación, llegaría Guadalupe para sellar su vínculo, y ambos comenzaron a unir, de a poco, sus pasiones en un proyecto en común. Ella con el mundo espiritual, él con la música, se mudaron a las sierras de Córdoba, más precisamente a una ecoaldea llamada Umepay, que está rodeada de ríos, arroyos, árboles y casas sustentables. Allí llevan adelante un estilo de vida saludable, amigable con el ecosistema, con el amor para con los animales y una alimentación consciente.
Cuando se conocieron, Vanina y Nacho pasaron por un mal trago que se hizo mediático: fueron acusados de formar una secta, pero la denuncia no prosperó más allá del ámbito televisivo. En ese momento, Herrero explicó a los medios que las tareas que desarrollaban tenían que ver con el dictado de talleres como de meditación, y cantos de mantras, entre otros.
Si bien ella asegura que no tiene demasiado contacto con los medios, sí tiene un televisor para ver películas y series: “Solamente usamos la computadora con un cable para ver Netflix, es nuestro único contacto televisivo”, y contó: “Lo que sí uso es el Instagram y el Facebook, son herramientas de trabajo. Desde ahí, compartimos recetas saludables”.
Desde sus redes sociales, Vanina comparte la vida relajada y saludable que tienen con su familia, lejos del estrés de la gran ciudad y en contacto con la naturaleza y el plano espiritual: “Nueva carta natal angélica, canalización que nace de una mañana fría, soleada y llena de vida. Un portal que se abre para que los ángeles susurren respuestas y mensajes. Un nuevo día es una nueva oportunidad para ser instrumento de la divinidad”, posteó en los últimos días.