Uno de los mayores misterios argentinos de los últimos tiempos llegó a su fin. El Batman Solidario de La Plata se sacó la máscara y dio a conocer su identidad, tras 10 años de darle vida al personaje para hacer cientos de obras en el Hospital de Niños.

El hombre se llama Maximiliano Altavista, es docente, tiene 52 años, vive en Barrio Aeropuerto, está casado y es padre de trillizos adolescentes. “Ahora que ya entregué el traje a mi sucesor me quise mostrar a cara limpia en agradecimiento al cariño y respeto que me tuvieron quienes participaron de las obras en todo este tiempo”, contó a EL DIA.


Altavista comenzó con la iniciativa un  2 de abril de 2013. Previamente había solicitado permiso a las monjas del Hospital Sor Ludovica para visitar a los pacientes internados personificando al súper héroe. La idea era regalarles lápices de colores y cuadernos para que dibujaran en las largas horas de convalecencia. Al igual que cientos de platenses ese día lo sorprendió la inundación y salió con el agua a la cintura.

En cada visita semanal la realidad lo noqueaba con niños que no alcanzaban a ver los antiguos televisores de las salas, padres durmiendo en los pisos y pabellones enmohecidos. Así surgieron campañas que se plasmaron en la donación de medio centenar de televisores de última generación, la provisión de cómodos sillones para las familias, salas completas que se arreglaron y ambientaron con personajes coloridos para animar la estadía de los chicos. Y hasta se construyó una mini ciudad Gótica en uno de los patios. 

Maximiliano Altavista dio a conocer su cara tras una década de misterio. (Gentileza El Día).

Es mucho el desgaste que se tiene, físico y psicológico, había días que llegaba roto a mi casa directo a abrazar a mis hijos, luego sin perder la sensibilidad aprendí a hacerme una coraza para poder seguir adelante”, contó el platense solidario.


En estos años surgieron miles de anécdotas en torno al personaje, pero Maximiliano siempre se las ingenió para preservar su identidad. “En ocasiones iba sin el traje a pintar salas al Hospital de Niños y cuando alguna enfermera me escuchaba, me decía que yo era Batman, entonces cambiaba de inmediato la voz para despistarla porque para mi era un puñal ser descubierto”, señaló.


En esta última etapa en la que se dedicó a agradecer a todos sus Robins, se detuvo con particular cariño para mencionar el respeto de sus amigos, vecinos, compañeros de trabajo, familiares, que aunque sabían que él era el protagonista del proyecto, nunca lo delataron ni en las redes, ni en ningún lugar. “A mis viejos alguna vez se les escapó decir ´yo soy la madre o el padre de Batman´, pero por suerte nunca trascendió, todos los que sabían guardaron la magia de Batman”, agregó Maximiliano.


En otras oportunidades lo delató el Batimóvil, pero él llevaba siempre consigo una foto que se tomó con su hermano disfrazado de Batman para mostrarla y decir que sólo era el chofer del súper héroe. Ahora, con la tranquilidad de haber cumplido una noble misión, Maximiliano aseguró que el próximo 2 de abril a las 17 se va a producir en la Iglesia de Caacupé - 4 y 84 - una misa en agradecimiento por la etapa que cierra y la presentación en sociedad del nuevo Batman que anticipa seguirá su misma obra.