¿Estás buscando un lugar lindo para pasar los últimos días del año o para comenzar el 2023? A continuación te contamos un poco sobre Anisacate, un destino tranquilo que invita a dejar de lado los ruidos de la ciudad y descansar a orillas del río.

La localidad está ubicada en el Valle de Paravachasca, muy cerquita de la ciudad de Córdoba, a solo 40 minutos. El lugar tiene unas callecitas de cuento de hadas, rodeadas de vegetación, construcciones que le dan un aire serrano de otra época, balnearios para disfrutar del río y actividades para hacer al aire libre.

Lo más especial que tiene Anisacate es su pasado aborigen. Su nombre, que viene de la conjunción de “ani” (elevado o cielo) y “sacate” (pueblo), significa “Pueblo del alto” o “Pueblo del cielo”.

Desde el año 2007 a través de una Resolución Comunal, la localidad adopta el 19 de Abril como la fecha festiva del pueblo. Esta elección tiene bases en la declaración en toda América Latina del Día del Aborigen, adoptando la fecha por la fuerte herencia de los pueblos que habitaron en el Valle.

Los aborígenes marcaron su presencia en las costumbres y en el vocabulario que describe y nombra a los ríos, arroyos y los cordones serranos de esta localidad.

Río Anisacate: el atractivo principal

El río Anisacate es uno de los principales atractivos, este tiene una extensión de dos kilómetros de costas. Existen diferentes bajadas al río: algunas son tranquilas y arboladas, otras cuentan con asadores y mesitas y otras son ideales para los más chicos por la poca profundidad del agua.

Este lugar es una parada obligatoria, el plan es muy simple, pero muy necesario también: refrescarse, poner la reposera en la orilla o en un buen spot y relajarse. Cuando el sol está por caer no hay nada mejor que acompañar la tarde con mates y alguna cosita rica para comer, de esas que venden los vendedores de la zona. El paisaje está rodeado de verde y se respira una paz absoluta.

Actividades para hacer en Anisacate

Este lugar mágico es ideal para realizar caminatas y descubrir la flora y la fauna autóctonas. También se pueden hacer muchos paseos en bicicleta y cabalgatas.

Para las personas que aman la historia y las aventura, existe un sendero clave para conocer y es el de los “primeros pobladores”, también conocido como el “de los morteritos”, en el que se pueden apreciar restos de las primeras comunidades aborígenes que habitaron estas tierras.

Este camino recorre la ribera del río Anisacate y permite descubrir vestigios arqueológicos como morteros aborígenes y ruinas del período colonial jesuita. Es un circuito de 4 kilómetros entre ida y vuelta, rodeado de vegetación y sombra. Un plan ideal para hacer acompañado o solo, ya que invita a reflexionar y a hacer introspección por la paz que se respira.

Otra opción es hacer la caminata hacia el Cristo Pastor, que está ubicado en lo más alto de la localidad y regala unas vistas panorámicas imperdibles. La escultura es un ícono de Anisacate, el recorrido no demanda más de 20 minutos y tiene muy buenas reseñas.