Escapada: la "perlita" cordobesa que invita a los turistas a descansar entre vinos, salamines, fiambres y gastronomía
A solo 50 minutos de la Ciudad de Córdoba se encuentra una pintoresca localidad con raíces italiana que parece "detenida en el tiempo". Es famosa por ser cuna de los mejores salames de Argentina.
No se puede negar que la provincia de Córdoba es un clásico del turismo en Argentina porque tanto en verano como en invierno ofrece una enorme variedad de actividades que se adaptan a todos los presupuestos y gustos. Además, esta popular región está dotada de impactantes paisajes naturales que se prestan no solo para el descanso, sino que también llevan a un recorrido por los sabores más ricos.
Pese a que hay una diversidad muy interesante de destinos en este territorio provincial, hay una "perlita" que pocas personas visitaron y que muchos reconocen por ser cuna de uno de los salamines más ricos del país. En este sentido, si estás buscando un lugar ideal para pasar el próximo fin de semana extralargo o ya estás planeando las vacaciones, este es el lugar perfecto para vos.
Un clásico de Córdoba que tenés que conocer
A muchos les debe sonar el nombre de Colonia Caroya, sin embargo, es probable que la reconozcan por sus riquísimos salamines, los cuales se volvieron tan famosos que hasta se piensan que son una marca registrada cuando se está hablando de un lugar que posee un largo legado de inmigrantes europeos y muchos atractivos que vale la pena recorrer en tu próximo viaje.
Esta pequeña ciudad de 20 mil habitantes se encuentra al norte del territorio de Córdoba, más precisamente en el departamento Colón. La capital provincial se encuentra a solamente 52 kilómetros de distancia, lo que representa menos de una hora de viaje en vehículo a través de la Ruta Nacional 9.
Más allá de su cercanía con las principales urbes regionales y populares pueblos turísticos, este destino se destaca por ser un lugar ideal para aquellos que quieran descansar, disfrutar de una excelente gastronomía o simplemente buscan estar en pleno contacto con la naturaleza.
Una localidad con aires coloniales que parece "detenida en el tiempo"
Colonia Caroya surge por iniciativa del presidente argentino Nicolás Avellaneda, quien visitó la estancia que estaba instalada en la zona, la cual llevaba el actual nombre del lugar, y pertenecía a los Jesuitas que habían llegado a la provincia en 1616. Fue así que decidió convertir al área en una colonia, por lo que, a través del Departamento General de Inmigración y por medio de la Embajada del Reino de Italia, hizo un llamado formal a los pueblos italianos para afincarse aquí.
Al poco tiempo, se conformaron diferentes establecimientos rurales con apoyo económico y las instituciones educativas para que los hijos de los colonos pudieran formarse, además, se instalaron los edificios más importantes que hoy siguen de pie para mantener viva no solo la influencia europea en la localidad, sino que también para recordar el pasado colonial en nuestro país.
Teniendo en cuenta estas características arquitectónicas e incluso el trabajo que hacen los vecinos para mantener las tradiciones de sus antepasados inmigrantes, los visitantes tienen la posibilidad de conocer cada uno de estos lugares históricos emplazados tanto como museos, iglesias, la vieja estancia Jesuítica Caroya, entre otros puntos destacados.
Cuna de uno de los salamines más ricos del país
Desde hace más de un siglo, los chacinados son los productos estrellas de Colonia Caroya. Este típico producto se comenzó a fabricar con la llegada de los primeros italianos en la región, pero, con el tiempo, se fue expandiendo su venta a otros puntos del territorio hasta que se consagró como uno de los salames más ricos e importantes de Argentina.
Una de las características principales de este popular fiambre es que las recetas, el proceso de elaboración, el método de secado y los secretos, que son la causa de ese sabor único, se mantienen como en los viejos tiempos a pesar de que en la actualidad existen al menos 18 emprendimientos productores.
Como consecuencia de la fama de este manjar, desde hace 39 años se celebra la "Fiesta del Salame Típico". Este encuentro no solo se conoce por su enorme variedad de picadas de embutidos caroyenses, sino que también se incursiona en nuevos sabores y hasta se intenta lograr nuevos récords mundiales por tener el salamín más largo, competencia que esta mano a mano con Oncativo.
Una ruta del vino "poco conocida"
Los salames de Colonia Caroya son el principal fuerte, sin embargo, la producción de vino supo ser la principal actividad económica del lugar. De hecho, en la década del 70, la localidad figuró como uno de los destinos con mayor venta de la bebida en el mundo, pero con el paso de los años, las demás producciones fueron superando a la vid.
Desde hace algunas décadas, se hizo una reivindicación de las bodegas y se ha mejorado la oferta turística al incorporar desde visitas guiadas, venta de productos derivados de las uvas y hasta una interesante propuesta gastronómica que pasea al turista por diferentes sabores donde las pastas son las estrellas más alabadas.
Por otro lado, "El camino del vino" es una de las principales alternativas a la hora de conocer la historia de la ciudad, ya que los cuatro establecimientos que hoy trabajan en la producción tienen sus propios museos, herramientas con las cuales se trabajaba a principios del siglo xx y muchos atractivos más que hay que conocer.