¿Qué pensás cuando escuchas Gándara? Seguramente asocies el nombre con una famosa marca de lácteos que publicitaba sus productos en la televisión con amistosos dibujos animados, sin embargo, más allá de una fábrica es un pequeño pueblo rural que se ubica dentro del partido bonaerense de Chascomús. Si bien el lugar se hizo grande gracias a esta empresa también es la causa por la cual hoy es considerado un paraje "fantasma" y detenido en el tiempo

La visita a la localidad no solo es un viaje al pasado, sino que es ideal para hacer una escapada gasolera. Llegar es fácil, rápido y seguro, ya que se encuentra a solo 115 kilómetros de CABA y a unos 23 de la ciudad cabecera del municipio. Desde Capital Federal, salir por la Autopista Ricardo Balbin y a la altura de Hudson, tomar la Ruta Provincial 2. Conducir por dicho camino hasta el kilómetro 109, donde está la entrada al lugar. Por otro lado, existe la posibilidad de llegar en transporte público a través del Ferrocarril Roca. En Constitución se toma el ramal que se dirige a Alejandro Korn y allí se combina con el servicio a Chascomús. El tren sale tres veces en el día tanto de ida como de vuelta y tiene un costo de $50 por persona. 

Un pueblo con mucha historia 

Este pueblo es de larga data, ya que fue fundado en 1865 con la llegada del transporte público de pasajeros y la instalación de la estación del mismo servicio. Las tierras para la construcción fueron donadas por Domingo Leonardo de la Gándara, quien había combatido contra las Invasiones Inglesas y por este motivo se decidió bautizar el paraje con su apellido. Al pasar los años sus campos se fueron poblando poco a poco, pero su gran boom se dio con la creación de la fábrica de lácteos que llevaba el mismo nombre del sitio, Gándara. Si bien la fabricación en la zona se remonta a 1896, cuando una familia de inmigrantes vascos instaló un tambo, la empresa nació oficialmente en 1928 por Juan Carlos Rodríguez. Desde ese entonces, decenas de personas llegaron a la región en búsqueda de trabajo y un buen pasar. 

La localidad llegó a convertirse en un ícono de la provincia de Buenos Aires y era un fiel reflejo de la prosperidad de Argentina. Al pasar los años, se transformó en una de las empresas lácteas más importante, llegando a abastecer un 25% del consumo en el país. Asimismo, se procesaban al menos 600 mil litros de leche diarios y producían más de 50 mil kilos de dulce de leche por día. Además, se realizaban yogures, quesos untables, manteca, ricota, entre otros productos. También cabe destacar que en su época dorada, sus productos fueron vendidos a Estados Unidos, Italia, Arabia, Israel, México y Brasil. 

Gándara llegó a tener 500 trabajadores y más de 2 mil habitantes. 

Hasta principios de los 90 era un pueblo lleno de vida y con un futuro prometedor, pero tras el fallecimiento de Rodríguez, tanto la empresa como el sitio, iniciaron un progreso de declive. Los hijos del dueño vendieron la fábrica a una empresa multinacional, la cual quebró en 2003 y cuyo dueño fue condenado a 18 años de prisión por malversación de fondos. Tras este hecho, la Compañía Láctea del Sur se encargó de la empresa, pero en 2007 cerró finalmente sus puertas, dejo deuda de 200 millones de pesos y el pueblo quedo completamente abandonado. 

En la actualidad, el panorama es completamente distinto a aquella era dorada. Gran parte del paraje está bajo la custodia de un hombre. También hay algunas cosas habitadas, pero se estima que no hay más de 20 habitantes y la escuela tiene 29 alumnos, de los cuales solamente dos viven a escasos en la zona. En estos últimos años se comenzó un proyecto turístico que busca que los visitantes vuelvan al sitio y conozcan no solo la historia de la fábrica sino de lo que fue la Argentina como granero del mundo. 

La gran fábrica quedó abandonada y detenida en el tiempo. 

Una segunda oportunidad para Gándara 

Actualmente, el pueblo funciona como paraje turístico, sobre todo para los ciclistas que se dirigen a la ciudad de Chascomús. Cabe destacar que desde hace un tiempo, existe la posibilidad de hacer una visitas guiadas que permite descubrir la historia de la localidad y te conduce a los puntos más importantes de la misma. Además, es importante mencionar que se considera el sitio como uno de los pueblos abandonados de la provincia que hay que visitar por su valor cultural. 

Uno de los puntos que es visita obligatoria es el viejo Convento San José, que también quedo deshabitado. Su arquitectura es de tipo gótica y está inverso en un paisaje campestre, por este motivo llama tanto la atención a las personas que llegan al paraje. Es importante mencionar que a cerca de él hay leyendas urbanas de actividad paranormal y vibras extrañas que también son un gran atractivo para los aventureros. 

El Convento San Jose quedó abandonado, pero completamente equipado. 

En este proyecto turístico, se embelleció la estación de trenes, que hoy sigue en funcionamiento porque pasa el servicio a Chascomús. En este lugar se pueden ver imágenes de la época dorada del pueblo, también funciona como museo del ferrocarril nacional. Además, en los alrededores del sitio hay parque para disfrutar del aire libre, los paisajes y la tranquilidad. 

Para aquellos que deseen pasar un día de relax, hay algunos lugares para descansar como el Refugio El Verge. En este caso, el hospedaje permite pasar una estadía llena de confort y acompañada de actividades de campo y buena comida. 

Disfruta de los paisajes de Gándara.