Egaña es una pequeña localidad rural que se encuentra dentro del partido de Rauch y si bien está "escondida" es sin dudas un plan turístico perfecto para aquellos que aman la aventura y el misterio. Si bien reúne distintos atractivos como el campo, la tranquilidad, entre otros, el principal foco de atención está puesto en el famoso castillo San Francisco, que está abandonada desde hace varias épocas y donde aseguran que se ven fantasmas y elementos no identificados.  

Llegar a este paraje "abandonado" lleva poco más de 3 horas en vehículo, ya que se ubica a unos 300 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires y a 17 de la cabecera del municipio. El camino hasta allí es una travesía digna de pelicular, puesto que se sale de Capital Federal por la Riccheri y se empalma con la Autopista Ezeiza- Cañuela. Luego, continuar por Ruta Nacional 3 y se conduce por dicho sendero hasta el kilómetro 192, donde se dobla por la Ruta Provincial 30 hasta Rauch. Allí tomar el camino de tierra que costea las vías del ferrocarril que tras 17 kilómetros de recorrido pasa por la entrada del paraje. 

Un poco de historia del pueblo

Como muchos lugares de Argentina, esta localidad nació por la extensión del sistema de ferrocarril. Para aquel entonces, la familia Egaña era dueña de las tierras, sin embargo, no las tenía en uso. Cuando les llego la propuesta de convertir esas hectáreas en un centro de descanso de fines de semana para las familias ricas de la ciudad y trabajadores del transporte, no dudaron en ponerlas a trabajar. En este sentido, se incendiaron los campos y se construyó la estación que pertenecía al Ferrocarril General Roca, que se extiende desde la estación Las Flores hasta Tandil. 

Desde ese entonces, la zona comenzó a tener un importante movimiento comercial y otras familias se instalaron en la zona. Asimismo, una de las propietarias, inicio un proyecto para fundar una colonia agropecuaria en el sitio. Como símbolo del crecimiento urbanístico de la región campestre, se inició la construcción del castillo San Francisco, uno de los más bellos de la provincia. Pese a las políticas públicas que se implementaron para fomentar la economía, los sucesos paranormales detuvieron el crecimiento del paraje.  

La estación de Egaña quedo detenida en el tiempo. 

El misterio de Egaña 

El Castillo San Francisco buscaba ser emblema del desarrollo agropecuario y económico no solo de Buenos Aires, sino del país. Este impactante edificio contaba con un total de 77 habitaciones, 14 baños y 2 cocinas y su principal característica radicaba en que estaba en medio de un rico entorno natural compuesto de árboles altos, plantas silvestres y pequeños arbustos típicos de la zona rural. Cabe mencionar que la edificación comenzó en 1918, pero finalizó en 1930 porque los materiales eran traídos desde Europa. 

Pese a su enorme belleza e imponentes paisajes, este lugar quedó marcado por una triste tragedia familiar que ocurrió el mismísimo día de su inauguración, el 20 de mayo de 1930. Mientras que los invitados recorrían las instalaciones, el dueño murió inesperadamente, la peculiaridad de la terrible noticia fue que su cuerpo fue encontrado varias horas más tarde debido a la gran expansión territorial que ocupaba la mansión. Tras el fatal hecho, la única heredera del castillo quedó tan afectada por la perdida que entro en una gran depresión que no le permitió volver nunca más a la propiedad.

El castillo no llegó a ser usado por sus dueños. 

Luego de 30 años sin uso, en 1960, el gobierno bonaerense de Oscar Alende apropio el lugar con el fin de convertirlo en un hogar, granja y reformatorio para jóvenes con problemas de conducta. En el lugar llegaron a vivir más de una docena de jóvenes, pero un inesperado y violento asesinato, que comprometió a algunos de los internos, comenzó a sacar a la luz la leyenda acerca de que el fantasma del dueño rodea las instalaciones para evitar que otras personas habiten su casa que tanto esfuerzo le costó.  

Desde ese entonces, los vecinos de la zona aseguran que dentro del recinto del castillo se pueden presenciar distintos eventos como sombras no identificadas, ruidos extraños, puertas y ventas que se cierran o se abren sin motivo alguno, entre otras cosas. A raíz de estos hechos, el pueblo de Araña se convirtió en un símbolo de la actividad paranormal y semanalmente recibe distintas personas que se quieren adentrar en un viaje misterioso por el edificio. 

El interior del castillo fue completamente saqueado. 

Otros puntos de interés

Más allá del Castillo San Francisco, hay otros edificios pintorescos para visitar como la vieja estación de trenes que también quedo abandonada y detenida en el tiempo. En el alrededor de esta construcción se instaló un campo con juegos infantiles y una pequeña Capilla de ladrillo a la vista. Otro sitio de interés es  "El viejo almacén", que funciona como despensa y lugar de encuentro de los vecinos desde 1884.
A pesar de las leyendas, la poca señal de celular que hay en el área y la difícil conexión geográfica que vive el pueblo de Egaña, según la Municipalidad de Rauch, la localidad aun cuenta con 50 habitantes estables que subsisten gracias al trabajo de los campos. Mientras que la única escuela de la región recibe diariamente alrededor de 12 chicos de diferentes edades. 
Egaña: un pueblito de 50 habitantes donde la inseguridad no tiene lugar.