Escapada: el hermoso pueblito bonaerense "congelado en el tiempo", ideal para visitar un fin de semana y desconectarse de todo
Capilla del Señor fue el primer pueblo en ser declarado de interés histórico nacional y hoy es uno de los más auténticos e históricos de la provincia, en donde se preserva su arquitectura original y su forma de vida.
Rodeados de departamentos, rascacielos y oficinas, los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires se sorprenderán al enterarse de que a menos de 100 kilómetros del Obelisco existe un pueblo congelado en el siglo 18. Para desconectar de la rutina con una escapada de fin de semana llena de paisajes verdes y edificios llenos de historia, no hay mejor destino que Capilla del Señor.
Esta localidad bonaerense es la ciudad cabecera del Partido de Exaltación de la Cruz, situado al noreste de la Provincia de Buenos Aires. Su territorio es una extensa llanura, con pocas y suaves ondulaciones, surcada por pequeños arroyos. A lo largo de más de dos siglos de evolución, Capilla del Señor ha mantenido la armonía del espacio urbano y un acogedor ambiente lugareño, que los citadinos podrán disfrutar tras apenas una hora y media de viaje.
Qué hacer en Capilla del Señor, el pueblo bonaerense atrapado en el tiempo
Capilla del Señor ofrece tres atractivos principales: el pueblo, su entorno rural y la gente. La joya del casco histórico de Capilla es su Templo Parroquial: elevado en 1866, marca el inicio de cada día con el toque de sirena y bombas de salva. La agenda del día sigue por la Plaza San Martín, donde antes se ubicaba el cementerio de la ciudad y donde todavía se pueden ver algunas de las viejas tumbas, y los diferentes edificios históricos que la rodean.
Uno de los más destacables es la antigua torre Miralejos, que hacia 1860 funcionó como un hotel casino frecuentado por personalidades como Domingo Faustino Sarmiento, Dardo Rocha y Jorge Luis Borges. Otra visita obligatoria es el Museo de Periodismo Bonaerense, donde hoy se exhiben máquinas de escribir antiguas, como también prensas que se usaban para imprimir los periódicos de la época, y objetos de la vida cotidiana de entonces. El Salón Roma y la Posada del Palomar son otros favoritos locales con gran historia en sus paredes.
A la hora de comer, es imprescindible visitar la pulpería Los Ombúes, un histórico almacén en pie desde principios del siglo XX. El restaurante campestre "de rejas" aún se encuentra protegido por estas defensas que solían tener las pulperías para protegerse de los robos; aunque los fierros no lograron salvar la vida de su primer dueño, Manuel Cachaza, quien hace unos 200 años fue asesinado a tiros por dos ladrones después de beberse unas ginebras.
Tampoco se puede dejar de mencionar El Antiguo Mirador, un restaurante histórico lleno de leyendas y jugosos relatos. Fue la casa de un francés que vino a la Argentina con la intención de hacerse cura, pero se enamoró y se casó con Anita Jáuregui, con quien construyó una especie de palacio familiar con un alto mirador hecho especialmente para que su hija pudiera ver los carruajes de los huéspedes que solían parar allí.
Con la panza llena y los oídos repletos de históricos relatos, los visitantes podrán mirar el atardecer caminando por las grandes áreas verdes que rodean Capilla del Señor. El Paseo Arcoíris, bordeado por el Arroyo de la Cruz, es un favorito de los locales para caminar con la última luz del día.
Por otro lado, los turistas que busquen algo más de adrenalina pueden observar ese mismo atardecer desde el cielo a bordo de un Globo aerostático: los paseos en globo se realizan todos los días del año, se requiere reserva previa, y el servicio incluye fotos, video, certificados y desayuno o merienda. Una experiencia única que atrapa, seduce y encanta.