Escapada de fin de semana largo: el bello pueblo con playas solitarias donde la tranquilidad y seguridad reinan todo el año
¿Querés descansar y no sabes dónde? Este paraíso natural se caracteriza por reunir una serie de atractivos que son increíbles, ideal para una escapada. Todos los detalles del sitio, en la nota.
Marisol es una pequeña y acogedora localidad balnearia que se encuentra escondida al sur de la provincia de Buenos Aires y dentro del partido de Coronel Dorrego. A pesar de que es un pueblo "poco conocido", la realidad es que es un sitio ideal para pasar unas vacaciones de descanso y tranquilidad en familia o pareja. Más allá de estas cuestiones, posee un hermoso entorno natural que es único en la región debido a que allí se unen las aguas del río Quequén y las del mar argentino. Gracias a sus características sus playas tienen arenas claras, está rodeada de una reserva con vegetación autóctona y su oleaje es tan celeste como en el caribe.
Esta villa turística también es conocida como "El Oriente", ya que su ubicación geográfica lo localiza a 639 kilómetros de Capital Federal, es decir, poco menos de 7 horas de viaje en vehículo. Asimismo, se encuentra a dos horas de Bahía Blanca y unos 60 minutos de la cabecera del municipio. A pesar de la distancia que hay desde CABA, el traslado hasta estas costas es muy fácil. Simplemente, salir por la Riccheri y empalmar con la Autopista Ezeiza- Cañuelas. Luego, tomar la Ruta Nacional 3 y conducir por dicho camino hasta el kilómetro 531 donde se continúa por el camino provincial 108-08 que lleva a la entrada del lugar.
Un poco de la historia de la localidad
Si bien el origen de este sitio no está completamente definido, se cree que el fundador fue David Mathov, un estanciero que compró en 1948 gran parte de los campos que hoy conforman el pueblo. Muchas personas que viven en la zona, aseguran que fue pensada como una gran villa turística debido a que se hizo la inauguración de la primera temporada de verano en la región en diciembre de 1949, sin embargo, el crecimiento de otras ciudades balnearias la fue alejando de los visitantes y no tuvo enormes desarrollos en cuanto a la infraestructura.
Actualmente, hay 158 habitantes fijos que se dedican sobre todo a las actividades de pesca o turismo en el área. A pesar de que son playas prácticamente desoladas, desde hace algunos años, se está convirtiendo en un importante paraíso dentro de la provincial. Por ejemplo, Diego Maradona paso las vacaciones con familia y amigos desde 1992 hasta 1994 debido a que el destino era desconocido y allí la tranquilidad habita todo el año. Otro famoso que elige estas playas es Manuel Ginóbili. En este caso, el deportista hace punto en Monte Hermoso, pero se guarda algunas jornadas para disfrutar del silencio de Mirasol.
1992: Diego, junto a Claudia, Dalma, Gianinna y amigos, disfruta de la playa en Marisol. pic.twitter.com/5J0WaIfcNc
— La pelota no se mancha (@Diego10Querido) January 2, 2022
Un paraíso paradisiaco
Marisol no solo se destaca por sus solitarias y bellas playas, sino que también tiene la característica de estar enclavada entre médanos forestados y el Río Quequén Salado, que su desembocadura unifica sus aguas dulces con las del mar argentino. Unos kilómetros arriba de este punto, los turistas pueden visitar La cascada Mulpunleufú, donde se puede hace kayac además de disfrutar el dulce sonido de la naturaleza. En esa área también se ubica la Cueva del Tigre y el Puente Viejo, que son considerados con monumentos históricos y naturales del pueblo.
Por otro lado, la biosfera vegetal que generaron las dunas al rededor de la ancha costa de arenas claras es completamente única en Buenos Aires. A raíz de estas peculiares características, se levantó la reserva natural- marítima para mantener la zona prácticamente virgen y sin grandes construcciones que puedan perjudicar el ambiente. Hoy se considera a este balneario como un buen lugar para practicar la pesca deportiva y actividades náuticas como la natación, surf, entre otras.
Volviendo a las playas, Marisol no tiene nada que envidiarle a las playas del caribe. El mar se desplaza tranquilamente sobre las arenas blancas y las caminatas se convierten en un plan ideal para aprovechar los días cálidos de primavera. En esta zona se pueden aprovechar las canchitas de futbol, vóley y pequeños paseos con mesas y sillas que son perfectos para los mates de la tarde. Para aquellos que deseen vivir una aventura mágica, existe la posibilidad de hacer cabalgatas por la costa o una travesía en cuatriciclos, motos o 4x4 en las dunas y médanos. También se ofrece un safari fotográfico que permiten descubrir los distintos rincones más alejados del casco urbano de la localidad.
A pesar de la poca cantidad de habitantes que tiene el pueblo, cuenta con una distinguida oferta gastronómica que se adecua a todos los gustos y presupuesto, además, hay una diversa variedad de alojamientos que van desde hoteles de categorías, casas pequeñas y campestres con vista al mar o un camping donde se puede pasar las noches mirando las estrellas y rodeado de una fogata donde no puede faltar la guitarra y los tragos. Asimismo, posee otros pequeños negocios que brindan todas las comodidades que necesitan los turistas.