Por Matías Resano.

En el partido de Ensenada, las sospechas y los cuestionamientos en referencia a la ocupación de espacios públicos no cesan. Vecinos e integrantes del Concejo Deliberante denuncian que los clubes, la zona costera y demás bienes inmuebles municipales son distribuidos en forma discrecional para actividades privadas o de índole partidaria.

La Costa de Punta Lara, desde la rotonda Stella Maris hasta Boca Cerrada, constituye la mayor muestra de la reducción del acceso vecinal a los rincones comunitarios, o que en principio lo serían. El transitar de tractores en las playas para extraer peces cambió los planes de las familias que solían acudir a ellas para una tarde de paseo. A pocos metros, también se asienta un corralón, en una porción importante de una plaza, que hoy sólo dispone de un pequeño arenero, con muy pocos juegos para los chicos.

En este sentido, Alfredo, vecino de Punta Lara, detalló que “esa empresa es proveedora del municipio”. Por si fuera poco, se acrecientan las denuncias de vecinos por la reducción de la función social de los clubes, para fines políticos, principalmente en las instituciones Belgrano y 25 de Mayo. En este sentido, la concejal Fernanda Iveli consideró que “la lógica de la intendencia es: ‘Yo te voy a dar un espacio en tanto y cuanto se haga lo que digo yo’. Entonces les otorga un subsidio, aprovechando que no podían mantenerse, y así los usa para sus fines políticos. Los exprimen de esa manera, lo mismo que los clubes de abuelos, no les queda otra que responderle”.

Por su parte, Leandro Rojas, también integrante del Concejo Deliberante, enfatizó que “los clubes son rehenes del poder político, no pueden perder su independencia y ser dependientes del municipio”.

Otra tendencia en materia de espacios públicos radica en las tomas de terrenos, seguidas de conformación de asentamientos. Los mismos, según Iveli, están habitados por familias provenientes de otros distritos del conurbano. Al respecto, la mencionada concejal señaló que “el municipio hace la vista gorda con cuestiones que están a la vista. Queda claro que hay un uso político de este tipo de hechos”.

No obstante, dicha problemática profundiza el desempleo en Ensenada. Al respecto, Rojas detalló que “dos de cada tres integrantes de una familia están desocupados. Es inadmisible en una ciudad industrial como la nuestra”.

Por este contexto extremo que tiene lugar en los mencionados barrios populares, muchos se han volcado a la pesca para poder comer, pospandemia. Sin embargo, “les prohibieron pescar, y entonces comían palomas. (Mario) Secco acciona cuando le conviene”, aseguró Iveli.

Justamente, la concejal reconoció haber intentado entablar un debate en el recinto legislativo respecto del uso y la disposición de los espacios públicos. Pero “no podemos hablar de nada, cajonean los proyectos. Es muy difícil porque no se puede debatir por el bien común”, expresó Fernanda Iveli.

A su vez, a modo de argumento, detalló que “hace ocho años que estoy pidiendo la escala salarial, a la guardia los trabajadores municipales no tienen acceso”. Mientras tanto, el malestar vecinal sigue en aumento ante la merma o reducción de los espacios públicos, y la falta de respuestas o compromiso de las autoridades municipales ante ello.