En Sierra de los Padres, un empleado municipal del Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS), de nombre La Peregrina, fue expulsado de su cargo por robar información clasificada de los pacientes, haciéndose de los números telefónicos del historial clínico de mujeres para luego acosarlas. Además, la denuncia fue ampliada ya que el agresor irrumpía los consultorios en donde se atendían las pacientes para seducirlas.

Las empleadas del centro de salud venían alertando una conducta indebida del acusado, elevando una protesta por su mal comportamiento para con sus compañeras. Tal es así que los encargados del sanitario, como funcionarios de la Municipalidad de General Pueyrredon, tomaron cartas en el asunto e iniciaron un procedimiento administrativo con el armado de un sumario.

Una vez recolectada las pruebas con las agresiones, las empleadas de la clínica iniciaron un informe a la Asesoría Confidencial de la Dirección de Políticas de Género, en el marco del Protocolo de Abordaje y Actuación ante Situaciones de Violencia Laboral Contra Mujeres y Identidades Trans.

Según cita el medio local 0223, la documentación con la denuncia de testigos -dos hombres y tres mujeres- mencionaron “conductas inapropiadas tales como intromisiones indebidas en los consultorios al momento de estar atendiendo pacientes mujeres y uso de datos confidenciales del sistema de historia clínica para contactar mujeres”.

El expediente, al que accedió el medio local, remarcaron constantes “maltratos, falta de respeto a compañeras mujeres, demoras en las tareas administrativas, configurando estas conductas violencia de género dentro del ámbito laboral”. Las autoridades del complejo sanitario ubicado sobre la Ruta 226 intervinieron en el caso y aplicaron la sanción disciplinaria expulsiva al hombre de identidad reservada.

La Municipalidad de General Pueyrredon emitió un decreto tras el caso y tomó la situación como violencia de género, con la denuncia realizada el 14 de noviembre y la intervención del jefe comunal, Guillermo Montenegro y la secretaria de Salud, Viviana Bernabei.

La Dirección de Sumarios determinó que el acusado fue expulsado de su trabajo por “los comentarios sexistas; la incomodidad laboral, el contacto físico innecesario, los rozamientos; las intromisiones indebidas; el uso del sistema confidencial de historia clínica para contactar pacientes/usuarios del sistema de salud del sexo femenino; el envío de mensajes inapropiados e insinuaciones; los gritos y maltratos laborales a las mujeres/compañeras de trabajo son conductas que configuran las faltas muy graves que tienen como consecuencia la cesantía”.

Los testimonios que hundieron al acusado

Una de las denuncias emitidas por los testigos describiendo al acosador con “actitudes raras como estar vacunando a adolescentes por ejemplo, y se metía al consultorio, no respetaba la intimidad de la paciente, en la guardia también se metía en el consultorio generalmente cuando había pacientes mujeres y jovencitas”.

En el informe con las declaraciones de testigos continuaron detallando “una actitud cambiante con el vínculo con los compañeros en general, de alguna manera había diferencias en el trato entre el personal femenino y masculino, por ejemplo les ponía más barreras a las chicas con el uso de materiales, insumos, proclive a querer mandar”. En tanto, definieron al acusado con actitudes violentas, al punto de expresarse con una tonalidad "despectiva" con sus compañeros.