Día del Maestro: historias de docentes que reivindican su vocación
Crónica.com.ar conversó con Ricardo Periga, Estela Lemes y Enzo Aguirre, tres educadores de distintos rincones del país que dan todo por enseñar. Conocé qué los hace únicos.
En el Día del Maestro, crónica.com.ar recopiló historias de otros educadores nacionales que han realizado un esfuerzo enorme para cumplir con sus alumnos.
Ricardo Periga es director de la escuela rural N°48 de Árbol Solo, y recorrió durante toda la cuarentena estricta varios kilómetros por el monte bajo de La Pampa, para asistir a sus estudiantes que, por la pandemia de coronavirus, se habían quedado sin clases.
Ante las medidas de restricción, el hombre nunca los dejó en banda y decidió ayudar a sus siete alumnos con materiales didácticos, pero también con bolsones de alimentos y computadoras para seguir conectados. Un verdadero ejemplo de ser humano.
Ahora, las clases volvieron a esa institución, que el gobierno provincial construyó hace más de 50 años para dar respuesta a la demanda escolar de los hijos e hijas de los peones de campo. La misma está reacondicionada, con calefacción central y un comedor con un solo televisor cuyo servicio de canales paga de su propio bolsillo el director.
En la escuela rural las semanas se nutren de distintas actividades que comienzan a las 7 de la mañana, con la higiene diaria y un rico desayuno que los prepara para el inicio de las clases a las 8. Luego, tras el almuerzo, viene el momento de la tarea, los espacios para la recreación y los juegos, y finalmente la cena, antes del descanso.
Luchar para que se sepa la verdad
Estela Lemes es docente rural en Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos y desde hace tiempo padece una enfermedad causada por las constantes fumigaciones con agrotóxicos que caen sobre la escuela en la que trabaja. Tras esto, decidió denunciar lo que pasaba, sobre todo para proteger la salud de los pequeños a los que cada mañana les da clases.
Hace unos meses, la Sala II Laboral de la Cámara de Apelaciones de Gualeguaychú falló a favor de la docente y reconoció que las fumigaciones con agrotóxicos sobre la escuela N° 66 Bartolito Mitre de la localidad de Costa Uruguay Sur la enfermaron.
“Luché por mí, por mi enfermedad y por mis gurises, para que se sepa que los agrotóxicos enferman y matan”, celebró Estela la larga lucha judicial que llevó adelante y que marcó un precedente jurídico relevante sobre el impacto de los agrotóxicos en la salud.
A la escuela, a caballo
Enzo Aguirre es maestro de alta montaña en la comunidad de Las Arquitas, en Tucumán. Para llegar a la escuelita rural viaja ocho horas a caballo y se queda 15 días trabajando con los alumnos de primario y secundario, debido a una modalidad multinivel.
El joven, profesor de matemáticas, relató que actualmente reside en la localidad de Yerbabuena y se toma un colectivo hasta Raco, donde lo esperan baqueanos que son familiares de sus alumnos. Ellos le prestan caballos y emprende su travesía.
Sus alumnos viven en esa pequeña comunidad que está muy dispersa en lo habitacional en cuanto a la escuela. Es por eso que muchos también tienen que cabalgar unas dos o tres horas para llegar. Cuando casi cierran hace tres años por esas dificultades y falta de matriculación, establecieron la modalidad con la que los chicos y docentes pueden alojarse por 15 días en la institución, gracias al pedido de los padres.
Sobre su labor, describió: “Es algo muy gratificante. Los chicos nos esperan y las familias que viven allá te lo hacen saber, reconocen el esfuerzo. Hay que dejar a la familia, tengo compañeras con hijos. Es costoso llegar, no tenemos comunicación por 15 días y no sabemos de nuestra familia. Pero sentimos que ellos son nuestra familia y eso es muy lindo”.