De ser llamado "el gay de Gran Hermano" a hacerse un lugar como disidencia en los medios de comunicación: ¿Qué es de la vida de Sebastián Pollastro?
El ex "hermanito" participó en la edición 2007 del reality en el que ganó Marianela Mirra. Hoy es un comunicador multifacético.
Sebastián Pollastro fue llamado “el gay de Gran Hermano” hace tan solo 15 años, en la edición 2017 del reality show más visto de la televisión argentina. Sí, tan solo 15 años atrás. El ex “hermanito” fue objetivado por el ciclo al punto de sacarle su nombre y apellido en las enunciaciones.
Con solo 20 años ingresó a la Casa de Gran Hermano, luego de un incipiente contacto con lo que él quizás no percibía: activismo desde las redes sociales - en ese momento centradas en la plataforma Fotolog -.
Compañero en el reality de participantes como Marianela Mirra, Diego Leonardi, Claudia Ciardone, y Damián Fortunato, como él mismo dice, fue uno de los primeros participantes abiertamente gay del reality show y, por qué no, una de las primeras figuras mediáticas en instalar el tema en la televisión, impulsado por el alcance masivo y descomunal del programa con mayor rating de ese momento.
“Antes de entrar a la casa, en internet, planteaba la falta de visibilización de nuestra comunidad, la falta de lugares en los medios de comunicación para personas disidentes y, sobre todo, la ficción que vendían estos medios sobre lo que era ser disidencia”, le confió a Página 12. Sebastián vio la oportunidad de Gran Hermano como una forma de hacer masivas estas ideas, en una época que no se contaba con una herramienta tan potente como las redes sociales, era la televisión y los programas satélite de los ciclos principales, en donde se validaba - o no - a las personas y donde se caricaturizaban las identidades. Cómo olvidar aquel episodio en que Sebastián, en su afán por lavarse el protector solar, se manguereó en boxer en el patio de la Casa sin saber que esa imagen iba a ser tomada y repetida hasta el hartazgo por los medios de comunicación. Porque claro, el chico de Luis Guillón tenía algo para dar. “Lo que me sorprendió fue que podrían haber hecho un clip con musiquita graciosa o burlona, como hacían los medios en esa época para señalar que nosotres no podíamos ser deseades. En vez de eso, lo editaron para que me viera sexy, deseable”, recordó en diálogo con el mismo medio. De sus días posteriores a su expulsión de Gran Hermano, Sebastián recuerda lo difícil que fue conseguir trabajo como actor, por lo que empezó a bailar: “La razón era que “había confesado”, como si fuera un pecado. Eso me afectó muchísimo”, dijo. Y asegura que hoy “le importa poco lo que puedan decir” gracias a la ayuda de la terapia, herramienta que recomienda con mucho ahínco. “Gracias a eso, sigo deconstruyendo lo que edifiqué sobre cómo ser. Me di cuenta de que me habían exigido una hipermasculinización, ¡esos mandatos rancios!”, agregó. Además, trabajó como modelo e hizo temporadas de verano como bailarín y, luego sí, como actor. Actualmente, Pollastro viene de actuar en la película La sombra del gato, estrenada en diciembre. Se recibió de Locutor en el ISER y participó como panelista del programa Emparejados por América Tv, ciclo conducido por Sabrina Rojas y el Tucu López.