De galán de novelas a la detención de su hijo: la trágica historia de Marco Estell, el actor que brilló en los 80 y se apagó a fines de los 90
El nombre del actor volvió a estar en boca de todos después de que su hijo Marcos Alberto Stella fue detenido en Mar del Plata acusado de "amenazadas coactivas" en contra de su ex pareja. El padre también estuvo en envuelto en casos policiales.
Marco Estell fue uno de los jóvenes galanes de la década del 80 y 90 que saltó a la fama por protagonizar éxitos televisivos como Dos para una mentira junto a Horacio Ranieri, Cristina del Valle, y Graciela Cimer, y Es tuya... Juan, donde encabezó el elenco con Viviana Sacone.
Estell no fue el único galán de su época, también eran muy populares los nombres de Gabriel Corrado, Arturo Puig, Ricardo Darín, Gustavo Bermúdez, entre otros. Todos portaban una melena, una camisa que dejaba ver parte de su pecho y cada quien a su manera forjó su carerra actoral.
El camino para algunos fue fácil, pero para Estell no porque cada tanto llamaba la atención con sus escándalos mediaticos. El galán trabajó en televisión, teatro y cine, en este último arte sólo hizo una película: ¿Somos? de 1982 con Jorge Martínez y Olga Zubarry.
Entre 1978 y 1999 desplegó su talento sobre los escenarios. La primera obra fue La roña y la última fue La marquita del zorro que se presentó en Villa Carlos Paz y en la que trabajó junto a Gladys Florimonte, Leo Rosenwasser y Flavia Miller.
Aunque frente a las cámaras de televisión y sobre los escenarios parecía llevar una carrera sin freno, en la vida real no paraba de protagonizar escándalos que fueron apagando su carrera y así pasó al olvido en este nuevo milenio.
¿Qué fue de la vida de Marco Estell? El galán de las novelas
Marco Stell nació el 6 de diciembre de 1957, hoy a los 65 años es un exactor del que poco y nada se sabe, pero del que nadie olvida los escándalos mediáticos en los que estuvo envuelto. El primer conflicto del que fue protagonista fue el relacionado con Graciela Cimer, quien saltó a la fama cuando apenas era una niña por interpretar a la rica y malvada Etelvina en Jacinta Pichimahuida, la maestra que no se olvida.
Estell conoció a Cimer cuando trabajaron en la novela No es un juego vivir en 1985 y el flechazo fue inmediato, era uno de los romances más populares de la época. Pero el escándalo también los acompañó porque en ese mismo año al ex actor se lo había vinculado sentimentalmente con la actriz Mariquita Gallegos.
Un tiempo después también fue vinculado con Nancy Herrera, hoy ex modelo, la última pareja del comediante Alberto Olmedo, pero ella negó rotundamente haber tenido algún tipo de contacto con Estell.
Pese a los escándalos, la relación de Cimer y Estell crecía. Ya para 1989, cuando tenían cuatro años de pareja, la falta de trabajo los había golpeado. La última novela para Marco había sido Dos para una mentira (1986) y mientras tanto hacía teatro. Graciela, por su parte venía de ser antagonista en Pasiones (1988), protagonizada por Raúl Taibo y Grecia Colmenares.
Por aquel entonces, para Cimer el "olvido de los productores" se debía a que su pareja había participado en la campaña presidencial del ex presidente Carlos Menem. La joven actriz había caído en una depresión y trató de quitarse la vida cuando estaba embarazada de tres meses, pero no fue así porque lograron salvarla.
Cimer había consumido barbitúricos, pero lamentablemente el 2 de julio de 1989 logró su cometido arrojándose desde el primer piso de la casa de sus papas, ubicada en Sarandí, Avellaneda, y en la que vivía junto a Marco Estell.
Graciela tenía 26 años y no había dejado ninguna nota que explicara el por qué de su decisión. Después de la muerte de la actriz, Estell fue denunciado por el padre de la actriz, según el cual la joven era "maltratada y golpeada".
Para entonces la imagen del actor era cuestionada y ya no era objeto de admiración por parte de su público. Calificaciones como "cruel" o "machista" surgieron a partir de ser objeto de acusaciones por parte de la familia de la actriz.
Finalmente, la causa llegó a la Justicia y en 1993 el juzgado de Lomas de Zamora señaló al médico Arraya Hernández como el responsable de recetarle "drogas depresivas" a la actriz y a Marco de haberla suministrado.
Sin embargo, ese no fue el único conflicto en el que estuvo ligado. Un año antes estuvo relacionado a otro caso terrorífico: la masacre de General Villegas, en la que seis personas fueron asesinadas en la estancia La Payanca.
El actor quedó vinculado al crimen porque una de las personas que fallecieron era María Esther Etcherritegui, su suegra y propietaria de la estancia. Marco había rehecho su vida y estaba en pareja con Claudia.
Las primeras sospechas recayeron sobre él y su pareja porque serían los nuevos herederos de los bienes de la familia y, además, tenía una imagen negativa tras la muerte de Graciela Cimer. Aunque los investigadores pusieron la vista sobre él, fue descartardo porque no encontraron "los medios y la ocasión para haber cometido un crimen de ese cálibre".
Además, Marco y Claudia no fueron beneficiados con los asesinatos porque la familia Etcherritegui tenía problemas económicos y al tiempo la estancia fue vendida. La carrera actoral de Marco Estell ya estaba en picado y terminó por hundirse aún más por pelearse con dos figuras muy importantes en el medio artístico.
Marco se peleó con Alejandro Romay, "el zar de la televisión", uno de los empresarios más importantes de los medios de comunicación y artístico, y con Luis Gayo Paz, escritor y padre artístico del actor.
Ambas figuras fueron los responsables de darle ese salto a la fama de Marco Estell y que su estrella brillara, pero no fue posible que se conservara encendida porque la vida se ocupó de apagarla.