De dormir en la calle a triunfar en la TV argentina: la dura historia de la panameña Kate Rodríguez
La modelo y bailarina de 30 años viene de una familia ultracatólica que se negaba a que formara parte del mundo del espectáculo. Hoy es una de las participantes del ciclo El Hotel de los Famosos.
Mudarse a probar suerte a un país que no conoces, ya es de por sí difícil. Hacerlo sola, con poco dinero y casi nulos contactos, más todavía. Para Kate Rodrgíuez la vida no le fue nada fácil y es una sobreviviente, no solo del entorno social en el que se crió, una favela de Panamá, sino de su propia familia, padre y madre ultra católicos que casi se envenenan de ira cuando una Kate rebelde y adolescente les dijo que no quería ir más a la Iglesia.
La modelo y bailarina Kate Rodríguez tiene 30 años y es hija de un reconocido pastor. Arribó a Argentina llena de sueños desde la villa Samaria, en su Panamá nata: “Mucha gente hoy lleva la bandera de ‘crecí en un lugar humilde y peligroso’, como que estuvo feliz, yo no fui feliz. Mi barrio era una favela, se robaba, había asesinatos alrededor de mí. No fue lindo el futuro y siempre supe que no quería estar ahí”, había contado hace un tiempo a Infobae.
"No creo en Dios, para mí no existe. O por lo menos el Dios que yo conocí fue horrible", relató en el programa PH Podemos hablar, en referencia a la religión que sus padres le inculcaron desde que nació.
El día en que Rodríguez se negó a ir a la Iglesia frente a sus padres, ellos reaccionaron echándola del hogar. Le pusieron sus cosas en dos bolsas y Kate no tuvo otra opción que salir y deambular por la calle, sin dinero y sin saber a dónde ni a quién recurrir. Así se pasó tres días, hasta que su abuela la rescató y la llevó a vivir con ella.
Durante ese tiempo, pudo terminar la escuela y luego trabajó en una financiera. Destinaba parte de su sueldo a su hogar y el otro para ahorros, quizás palpitando en volantazo que daría tiempo después.
"Recibí mucha violencia dentro de mi casa. Veía a mi papá predicando al amor y a la institución familiar y después en la casa me mataba a palos. Era una mentira, me crié bajo una mentira", reveló sobre sus padres, con quienes estuvo casi 10 años sin hablarse. "De chiquita mi papá me decía que hay un lugar especial dentro del infierno para la gente que se dedica a la televisión, a la actuación o lo artístico. Irónicamente fue a lo que me dediqué", contó en el mismo programa, para dejar atónitos a los presentes.
En los años que vivió con su abuela, Kate miraba videos de Showmatch por Youtube y soñaba con estar ahí. Tanto fue así, que un día armó sus valijas y emprendió viaje, despidiéndose de su amada abuela, quien la había salvado en el peor momento de su vida.
Ya en Argentina, vivió un tiempo en Córdoba en la casa de una tía lejana y luego arribó a la gran Ciudad, donde vivía en una pensión y se mantenía dando clases de baile en diferentes clubes, además de bailar en discotecas.
Tras cuatro años de intentarlo incansablemente, entre casting y casting, llegó el momento que tanto había esperado: quedó seleccionada en el staff de bailarinas de Showmatch.
Desde ese momento, la panameña no paró: conducciones en los canales Quiero, TyC Sports, participaciones en programas como Polémica en el Bar y El gran premio de la cocina y como actriz en El Marginal, entre otras cosas.
El actual desafío que está atravesando Rodríguez es su participación en El Hotel de los Famosos, un reality donde dieciséis participantes permanecerán aislados en un hotel especialmente diseñado y con todas las comodidades durante dieciséis semanas de convivencia, competencia, eliminaciones y donde solo un ganador se llevará el gran premio.
“Expectativa ninguna, cero, quiero ir a divertirme, hacer amigos, pasarla bien. Mi arma letal en la competencia es mi personalidad. Soy muy ordenada y obsesiva con la gente que no usa el sentido común. El trabajo que odiaría hacer es limpiar baños y como huésped no soy sucia, trato de dejar todo prolijo. Me gustaría compartir habitación con alguien que no ronque”, así se presentó la panameña en su primera aparición en el ciclo, estrenado el pasado lunes.
Además, Kate ya sabe a qué destinará el dinero si llegara a ganar el premio: iría a visitar a su abuela, aquella que la buscó y la rescató de la calle, a quien en gran parte le debe su presente artístico y su prometedor futuro.