Fue en 1969 que un argentino motivado, soñador y entusiaste decidió cambiar la historia de la industria automotriz nacional y elevarla unos escalones. A fines de la década de los 60, en la edición de la Exposición del Confort Humano, en la Rural, dejó boquiabierto a más de uno con su lanzamiento más preciado: el Dogo SS. Allí desfilaron lanzamientos de todo tipo y color pero la vedette fue este DeLorean que por primera vez se fabricó en la Argentina. Dejó pintado a todo lo demás. 

Algo impensado que podía llegar a nuestro país en ese entonces. Muchos lo desearon, algunos llegaron a intentarlo pero muy pocos lo consiguieron. El Dogo SS salió de un taller de Munro donde había sido ideado y fabricado artesanalmente por Clemar Bucci, su hermano Roland y un equipo de trabajadores y entuasiastas. 

¿Quién era Clemar Bucci? Como no podía ser de otra manera, para llevar a cabo semejante desarrollo tenía que llevar en la sangre la pasión por los autos. Es un ex piloto santafesino y fue el primer argentino en correr en Europa, donde participó de las competencias de Grand Prix, los torneos previos al Mundial de Pilotos creado a partir de 1950.

En 1948, a bordo de una Maserati, Bucci llegó a compartir un podio en San Remo, nada menos que con Alberto Ascari y Luigi Villoresi. Luego compitió otras dos temporadas en la máxima categoría (1954/55) con el equipo Gordini y Maserati. Pero luego de sus grandes hazañas que lo posicionaron como referente del escenario automotriz, empezó a explorar su costado de diseñador y constructor. Era hora de volcar su carrera a otro lado. 

Para 1969 los hermanos Bucci ya tenían su objetivo: crear un deportivo argentino y vanguardista. Decidieron diseñar un Gran Turismo con motor central y carrocería realizada en plástico reforzado. Debajo, el chasis sería un bastidor con una viga central única construido en chapa de 1,5 milímetros de espesor, con sectores agujereados para reducir el peso del vehículo, que rondaba los 700 kilos.

El Dogo y Clemar Bucci, su creador.

Dicho y hecho, el Dogo SS (así lo llamaron) fue diseñado en 15 días. Al tratarse de un proyecto artesanal, su construcción fue llevada a cabo en cinco meses. Luego, ya estaba listo para su debut en la popular exposición de la Rural.

Atributos

Su tremenda forma de cuña y los ángulos rectos de la carrocería causaron impresión. Era sumamente vanguardista. Para la época parecía agresivo, con su parabrisas lanzado, una luneta envolvente y la cola trunca. Era lo mas parecido a los modelos de Europa que un argentino iba a ver. 

Su sistema de alimentación de combustible contaba con dos carburadores Weber como los del Torino 380 W; la caja de transmisión era una Porsche de cuatro marchas, y como faros delanteros se utilizaron las ópticas rectangulares del Dodge Polara.

Las alas de gaviota del Dogo SS.

Y como buen deportivo incorporó elementos propios: el volante y las butacas contaban con un diseño exclusivo. Todo hacía juego con el color blando de la carrocería. Si bien fue una ambiciosa propuesta, llegó a hacerse solo un prototipo. Las inestables condiciones económicas hicieron que los esquemas de producción no puedan proseguir.

Lo que iba a ser el gran deportivo nacional hoy descansa, junto con otros modelos, en el museo que la familia Bucci tiene en su localidad de origen, Zenón Pereyra, en Santa Fe.