Cachete Sierra y el drama de cambiar de colegio cuando comenzó a trabajar con Cris Morena: "No querían a alguien famoso"
El actor, que llegó al reconocimiento público por sus papeles en Chiquititas, Floricienta y Casi Ángeles, contó detalles de sus inicios y dio a conocer los valores que le inculcó su familia desde pequeño.
Este 15 de agosto se festeja el Día del Niño en Argentina y Agustín Sierra lo recordó en televisión en una charla con Juanita Viale, conductora del programa Almorzando con Mirtha Legrand. El actor contó su experiencia de vida y manifestó que desde pequeño, con tan sólo 8 años, comenzó a trabajar con día y horario en grabaciones de Cris Morena y eso lo hizo crecer mucho.
Tal es así que "Cachete" no había ni siquiera llegado a la adultez y ya tenía en su haber éxitos como Chiquititas, Rebelde Way, Rincón de Luz, Floricienta y Casi Ángeles.
"Yo cumplí ocho años y arranqué en Chiquititas", le contó a la nieta de Mirtha.
"Mi familia se había mudado a Pilar, a un barrio de ahí, y yo me hice muy amigo de Pato Cherri, el hermano de Agustina, que en ese momento trabajaba en Chiquititas. De tanto ir a la casa la conocí a Agustina, que en ese momento estaba de noviecita con Tomás Yankelevich. Eran chicos. Tomás vio algo en mí y me preguntó si no quería ir a trabajar en Chiquititas", detalló sobre la manera en la logró meterse en el mundo de Cris Morena.
Si bien en principio la propuesta no le pareció tentadora, cambió de parecer. "Dijo Chiquititas y trabajar y automáticamente un niño de 7 años dijo no. Cuando llegué a casa y lo conté, mi hermana se alborotó y empezó a hacer un escándalo", contó y no pudo evitar tantarse.
"En el colegio, cuando lo dije, también se armó alboroto porque todos querían ser parte, así que cuando volví a casa de la escuela dije: ‘Yo quiero ir a Chiquititas", añadió.
Su vida de ahí en más se trató de castings, que finalmente fueron exitosos y terminaron con una propuesta formal.
"Quedé y mi familia se quiso matar. Quedaba todo muy lejos, tuvieron que ir a hablar al colegio porque era doble turno y me tenían que sacar al mediodía para ir a grabar. Mis viejos eran laburantes y mi papá era el único que manejaba. Tenía que arreglar en el trabajo para irme a buscar a la escuela, llevarme a grabar y a la noche cuando terminaba también esperarme para llevarme a casa", recordó sobre la manera en la que cambió también su familia para que él pudiera cumplir con sus sueños.
"En el colegio los primeros años me bancaron, pero después en séptimo a la mañana era todo en inglés, y yo no había cursado en ese idioma porque los años anteriores era a la tarde que no iba y no había aprendido nada, así que me invitaron a retirarme", explicó.
"Me cambié cinco veces de colegio, porque llegaba y se armaba mucho revuelo, o estaban las escuelas muy estructuradas que no querían a alguien famoso", denunció.
"Hubo un colegio que fue terrible. Era de monjas y justo entraban varones a la escuela por primera vez. Fue el año de Rincón de Luz, en donde tenía mucho trabajo, y mi mamá, mi hermano y mi hermana se ponían a ayudarme con la tarea, porque como era solo medio turno nos daban un montón", confesó. "Prestaba mucha atención en clase porque sabía que después no podía estudiar", añadió.
El precio de la fama y las costumbres en casa
Siempre a pesar de ser conocido desde muy pequeño, Agustín siempre se mantuvo terrenal y no se la creyó. "Mis padres aprendieron a saber llevar todo, porque nadie en la familia era conocido. Había buenos valores en casa y trabajar con Cris ayudaba a eso. No era una productora que te dejaba creértela, todos teníamos que ser respetuosos, llegar a horario, saber la letra... Entre la familia y Cris ayudaron", sustuvo.
"Además nunca hubo diferencia con mis hermanos. No era que porque yo laburaba tenía mejores zapatillas o un celular y ellos no. Si no era lo mismo para los tres, no. Yo no manejaba mi plata nunca", expresó.
La enseñanza del ahorro
Sierra reveló qué hicieron sus padres con el dinero que ganaba de niño. "Esa plata iba a un cajón, no se usaba, y cuando cumplí 18 años me la dieron. Gracias al esfuerzo de ellos, hicieron que no me la patine y no me la gasté en cosas del supermercado, en zapatillas o celulares", detalló durante su visita a La noche, el ciclo de Leandro Rud en El Nueve.
"Siempre me dijeron: ‘por más que vos te puedas comprar esos borcegos, yo no se los puedo comprar a tu hermano, entonces vos no vas a tener más que tu hermano porque vos no hacés esto por la plata, lo hacés porque te gusta’", cerró.