En la Argentina el rubro textil es uno de los más afectados por la actual crisis económica y el principal motivo es que la ropa es cara en el país. Un reciente informe de la organización Fundar asegura que el país siguió una tendencia inversa a la del resto del mundo en las últimas dos décadas, ya que, mientras que en otros países los precios de la indumentaria se abarataron, aquí subieron significativamente, tanto en dólares como en comparación con otros bienes y servicios.

Desde mediados de 2020 hasta fines de 2022, la indumentaria y el calzado fueron los rubros con mayor aumento en el índice de precios al consumidor. 

Este incremento abrió un debate sobre sus causas: por un lado, algunos sectores critican el elevado proteccionismo que afecta a la industria nacional, mientras que otros apuntan a factores ajenos al sector, como las condiciones macroeconómicas del país.

Cobertura de Crónica, en vivo

     

El informe de Fundar señala que, en términos absolutos, una canasta de prendas en la Argentina es un 35% más cara al dólar oficial respecto del promedio en otros países de la región y un 16% más cara al dólar MEP. Comparada con los precios de Estados Unidos, la ropa es el rubro más caro de la economía argentina. 

Aunque en general los precios en dólares de la economía argentina son menores a los de Estados Unidos, esta diferencia es mucho menor en el caso de la ropa. 

En el primer trimestre de 2024 los precios de la ropa en la Argentina, al dólar oficial, fueron sólo un 16% menores a los de Estados Unidos. En contraste, los alimentos fueron un 20% más baratos, la salud un 69%, la vivienda un 83% y la educación un 90%.

El informe atribuye esta realidad a factores como las barreras a la importación; la incertidumbre y volatilidad macroeconómica; el uso de regulación de precios como ancla antiinflacionaria; el tipo de cambio real y brecha cambiaria, y la presión tributaria creciente. 

Estos factores, considerados primarios, se complementan con otros secundarios, como la dinámica del consumo interno, las restricciones de acceso al crédito y la baja productividad del sector.

En términos relativos, la Argentina es más cara en productos de tejidos planos (como jeans y sastrería) y ropa de adultos, y más competitiva en prendas de tejidos de punto (como ropa deportiva e informal) y ropa infantil. Además, la dispersión de precios de la ropa en el país es una de las más altas de la región, comparada sólo con Uruguay.

Para Fundar, la trayectoria diferencial de los precios de la ropa en la Argentina comenzó después de la convertibilidad. Desde 2002, los precios locales empezaron a divergir de los de otras regiones. Aunque entre 2011 y 2019 y durante 2023-2024 se observó una cierta estabilidad, la tendencia al alza se consolidó en otros periodos. En las últimas dos décadas, mientras que en 48 países la ropa se abarató en promedio un 32%, en Argentina aumentó un 32%.

Los últimos meses por debajo de la inflación

El análisis de Fundar indica que para comprender el fenómeno de los precios altos en la ropa es necesario considerar tanto factores económicos como regulatorios, ya que han operado en distintos momentos y con diversas intensidades. Esta comprensión es esencial para mejorar el estado del debate actual y diseñar políticas públicas más efectivas hacia el sector textil-indumentario en la Argentina.

No obstante, en los últimos meses, los precios internos de la ropa aumentaron por debajo de la inflación. Por caso, según el último dato de Indec, el rubro prenda de vestir y calzado presentó una suba del 55% en el primer semestre del año, mientras que el IPC aumentó en el mismo período 79,8%.