La Iglesia recuerda hoy a san Cayetano de Thiene
Presbítero que se entregó piadosamente en Nápoles a obras de caridad, especialmente a favor de los aquejados de enfermedades incurables. Además, promovió cofradías para formar religiosamente a los laicos e instituyó los Clérigos Regulares Teatinos para la reforma de la Iglesia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Lc 12,32-48.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino. Vended vuestros bienes y dad limosna. (...). Pero si aquel siervo se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda en venir’, y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles. Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más».
Palabra del Señor.