Uno de los puntos salientes para tener una buena calidad de vida es conservar un sueño reparador y por ende, respetar la cantidad y calidad de horas que se descansa para tener un buen equilibrio.

Lo cierto, es que la duración del sueño se sumó recientemente a la lista de los “7 esenciales de la vida”, de la Asociación Americana del Corazón, lo que significa que los pacientes deberían ser evaluados y aconsejados por sus médicos en las consultas, al igual que como se hace con la hipertensión arterial, glucosa en sangre, colesterol, diabetes, actividad física, fumar y peso corporal y dieta.

Sueño: opinión calificada

Siguiendo esta línea, el doctor Ramiro Heredia (M.N. 117.882) médico del Hospital de Clínicas, destacó: “Distintas sociedades científicas ponen a la duración del sueño como un factor de riesgo independiente para padecer un evento cardiovascular mayor, es decir, un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular o muerte temprana, que es aquella que se da antes de la edad esperada para una población. Estas nuevas recomendaciones ponen en su lugar al sueño, algo tan importante como los otros factores de riesgo o enfermedades citadas”.

La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en el mundo, y más del 80% de los eventos cardiovasculares podrían ser prevenidos a partir de un estilo de vida saludable, y del manejo adecuado de los distintos factores de riesgo cardiovascular, entre ellos, el sueño.

“En un estudio reciente, un grupo de investigadores, luego de analizar más de 500.000 individuos, con encuestas acerca de cómo dormían, cuestionarios de salud mental, pruebas cognitivas y resonancias de cerebro, llegó a la conclusión que un adulto sano debería dormir al menos 7 horas por día para tener una mejor salud mental, menos incidencia de trastornos psiquiátricos y una menor declinación de la cognición. Dormir más de 7 horas también se asoció a una disminución de la incidencia de enfermedad cardiovascular, síndrome metabólico, sobrepeso, obesidad y muerte temprana”, indicó Heredia.

Situación con los chicos

En cuanto a los menores de edad, señaló que un bebé debería dormir la mayor parte del día, un niño al menos 10-11 horas, un adolescente 9-10, y un adulto mayor podría dormir un poco menos que un adulto: “No obstante, si una persona duerme 8 horas, y luego de esto no se siente descansada, repuesta o plena, probablemente necesite dormir más horas. No hay un número mágico. Se dice que deberíamos dormir al menos 1/3 de nuestra vida. En general, para un adulto sano, se recomienda dormir alrededor de 8 horas”, explicó.

De todas formas, Heredia subrayó que no solo la cantidad de horas de sueño son importantes, sino también la calidad: “Una buena medida de cuán bueno es nuestro descanso nocturno es el cansancio o somnolencia que tiene una persona durante el día. Si una persona, después del reposo nocturno, pese a haber dormido un número adecuado de horas, se levanta embotado, agotado, sin energía, con dolor de cabeza y alteraciones en la concentración, probablemente su sueño no sea de la mejor calidad”.

Tips a conocer

Hay una serie de consejos para un mejor descanso:

1) Establecer un horario regular para ir a dormir y levantarnos.

2) Si se tiene la costumbre de dormir la siesta, esta no debería exceder los 45 minutos de duración.

 3) Evitar el consumo en exceso de alcohol al menos 4 horas antes de acostarse, y no fumar.

4) Evitar los alimentos con alto contenido graso, picantes, o ricos en azúcar, y calorías, 4 horas antes de acostarse.

5) Hacer actividad física en forma regular, pero no justo antes de acostarse.

6) Mantener la habitación bien ventilada.

7) Eliminar o bloquear el ruido que distrae, y eliminar la mayor cantidad de luz posible.