El invierno no solanente trae ciertas enfermedades para prestar cuidado, sino que también se presenta una particular situación, el tradicional lagrimeo de los ojos, que trae incertidumbre, y que un especialista se encargó de explicar.

Opinión destacada

El doctor Guillermo Hernández Gauna (M.N. 98.297 e integrante del Servicio de Oftalmología del Hospital Italiano) sostuvo que “los ojos están estratégicamente ubicados dentro de una cavidad ósea llamada órbita que les brinda protección. También están protegidos por los párpados que crean una barrera física contra agentes externos como el polvo y la luz, y distribuyen las lágrimas de manera uniforme”.

Asimismo, agregó: “Dado que los ojos están constantemente expuestos al medio ambiente y son más sensibles que la piel, son más vulnerables a sufrir traumas, cambios ambientales y condiciones climáticas adversas”.

Agente especial en los ojos

Lo más importante es que las lágrimas desempeñan un papel crucial al mantener la superficie del ojo húmeda y lubricada, lo cual es esencial para la nutrición, la defensa contra microorganismos y protección contra partículas extrañas, ya que ayuda a eliminarlas. De igual manera, la lubricación permite un movimiento suave del párpado sobre la córnea, reduciendo la fricción durante el parpadeo. No obstante, cabe destacar que la acumulación excesiva de lágrimas en la superficie del ojo y su caída por la mejilla generan un síntoma muy molesto conocido como lagrimeo.

Una pregunta particular

Pero, ¿por qué lagrimean los ojos en invierno? Una causa común de consulta en invierno es el lagrimeo reflejo o reactivo, y esto ocurre cuando se está expuesto prolongadamente al frío. El clima frío, viento y ambientes calefaccionados típicos de esta estación aumentan la sequedad en la superficie ocular, haciendo que la humedad natural del ojo se evapore, lo que activa un mecanismo reflejo que incrementa la producción de lágrimas por parte de las glándulas lagrimales.

Esta respuesta natural mantiene al ojo en buenas condiciones y el lagrimeo cesa cuando dejamos de exponernos a estas condiciones climáticas. Es decir, si la temperatura ambiente es muy baja, el organismo ordena a las glándulas lagrimales que produzcan más cantidad de lágrimas, todo para evitar que ese aire seco y frío seque la superficie ocular y acabe produciendo daños en la córnea.

“A este lagrimeo reactivo debemos diferenciarlo del lagrimeo basal, que es el que preserva la humedad de la superficie ocular de manera constante y en el que colaboran unas glándulas pequeñas accesorias a la glándula lagrimal principal, y diferenciar también del lagrimeo emocional que se produce cuando estamos muy tristes o muy alegres”, dijo Gauna.

Recomendaciones

Algunos consejos para evitar el lagrimeo reactivo durante el invierno son: 1) utilizar lubricantes, como lágrimas artificiales, para mantener húmeda la superficie ocular, 2) usar anteojos que protejan los ojos del viento y de partículas que puedan entrar en contacto con ellos, 3) emplear humidificadores en ambientes calefaccionados y 4) aumentar el parpadeo.

En otras estaciones

Es bueno aclarar que en esta estación aumentan los casos de gripe y enfermedades virales, las cuales a menudo van acompañadas de conjuntivitis provocadas por los mismos virus.
En estaciones más cálidas y húmedas, puede haber un lagrimeo constante debido a enfermedades de la superficie ocular como conjuntivitis o queratitis, obstrucciones del conducto lagrimal o alteraciones en la posición de los párpados.

Si se presentan síntomas como enrojecimiento, inflamación de párpados, secreción, fotofobia, lagrimeo excesivo ovisión borrosa, lo recomendable es consultar conun oftalmólogo.