Invierno: ¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes en esta época?
La estación más fría del año llama a tomar una serie de precauciones para evitar sufrir enfermedades y recaídas. En este informe especial, enterate cuáles son sus síntomas y tratamientos.
A pocas semanas del inicio de la estación invernal, llegan las bajas temperaturas y con ellas la posibilidad de sufrir enfermedades respiratorias u otras afecciones, aunque algunas son de corto plazo con la debida medicación, mientras que otras deben ser tenidas en cuenta y requieren de tratamientos.
Es clave resaltar que las enfermedades respiratorias pueden desembocar en internaciones o consultas médicas durante el invierno, y por eso hay que prevenirlas, sobre todo en los grupos de riesgo como los bebés, embarazadas y adultos mayores, quienes tienen más chances de contraer este tipo de afecciones.
Opinión profesional
Respecto a este tema, la doctora Valeria El Haj (M.N. 99.291) relató que “la mayoría de estas enfermedades son virales y se transmiten de una persona a otra por el contacto directo con las manos contaminadas con secreciones nasales y a través de las gotitas aerotransportadas que general al toser o estornudar aquellas personas infectadas por algún virus”.
En tanto, hay una serie de enfermedades o afecciones que aparecen de forma frecuente en esta época, por ejemplo, una que es frecuente en niños (en especial a menores de seis meses) es la bronquiolitis, que se manifiesta a través de una inflamación aguda de las vías inferiores o bronquiolos. Los síntomas que presenta son dificultad para respirar, silbidos o ruidos en el pecho, respiración aguda y agitada, somnolencia o decaimiento y labios o puntas de los dedos azulados.
¿Cómo se la diagnostica?
En tanto, el diagnóstico es básicamente de forma clínica, basado en la anamnesis y en la exploración física, ya que se debe realizar una exploración completa por aparatos, prestando atención especial al estado de hidratación y a los signos de dificultad respiratoria.
En la auscultación pulmonar predomina la espiración alargada, sibilancias, subcrepitantes e incluso zonas de hipoventilación, además, las pruebas complementarias no suelen ser necesarias salvo en situaciones muy concretas.
En cuanto a los tratamientos que se aplican a los menores, en la mayoría de los casos, esta enfermedad es autolimitada y puede tratarse en la casa del paciente. Pero para niños con factores de riesgo importantes, incluyendo enfermedades concomitantes o preexistentes, bajo peso, prematuridad o desnutrición, entre otros, el manejo de la infección debe ser supervisado por un entorno médico.
Otras afecciones a saber
Por otra parte, existen otras enfermedades o afecciones que pueden encontrarse en la estación más fría del año, y algunas de ellas son las siguientes: La gripe (también llamada influenza) es causada por un virus y se presenta como una infección respiratoria aguda muy contagiosa, y si bien puede afectar a personas de cualquier edad, es más peligrosa en los grupos de riesgo citados anteriormente.
El virus de influenza tiene una gran variabilidad genética y por eso, nunca confiere inmunidad permanente con lo cual es vital vacunarse todos los años, sobre todo los grupos vulnerables. Además, de generar un riesgo de hospitalización e incluso la muerte, puede derivar en una neumonía viral y/o bacteriana. Los síntomas más comunes son fiebre, dolores en el cuerpo, estornudos, escalofríos, mareos, náuseas y vómitos, dolor de cabeza y falta de energía.
Otra afección es la neumonía, que se trata de una infección pulmonar que puede ser provocada por bacterias y virus en la mayoría de los casos, por lo general, parte del diagnóstico involucra una radiografía de tórax para observar el estado de los pulmones. Si bien es un proceso de curso benigno, a veces puede evolucionar hacia una enfermedad grave, en tanto, la mayoría de los pacientes pueden atenderse de forma ambulatoria y un pequeño porcentaje de los internados puede necesitar de cuidados intensivos. Los síntomas más comunes que presenta son fiebre, tos, dolor de cabeza, inapetencia y baja energía y dificultad para respirar.
Por otra parte, el resfriado común es producido por distintos virus y su evolución natural es hacia la curación, que puede tardar hasta más de una semana. En tanto, los síntomas a tener en cuenta son los siguientes: estornudos, tos, fiebre, irritación de la garganta y congestión nasal.
La faringitis es la inflamación de la faringe y puede estar causada por un virus o bacteria, y tanto, la gripe como el resfriado son las causas más frecuentes. Si hay estreptococo, es normal que suba la fiebre, y se caracteriza por dolor de garganta y la inflamación de los ganglios linfáticos del cuello.
Bronquitis y amigdalitis
En cuanto a la bronquitis, la misma es la inflamación en la pared de los bronquios que son los conductos por los que circula el aire para llegar a la parte más profunda del pulmón, y entre los síntomas figuran el cansancio, fiebre, dolor de pecho, tos persistente y dificultad respiratoria.
La amigdalitis es el dolor de garganta en la zona de las anginas y puede ser de origen vírico (80% de los casos) o bacteriano (20% de los casos). Una de las más recientes pero no menos mortífera es el Covid-19, que si bien puede llegar a ser similar a la gripe, un síntoma claro a tener en cuenta es la pérdida de olfato o gusto, que lo diferencia claramente de la gripe.
Otros síntomas comunes son fiebre, tos seca, cansancio y dificultad para respirar, aunque se puede agregar congestión nasal y dolor de garganta. Si bien este virus puede afectar a cualquier persona, los adultos mayores y pacientes que padecen afecciones médicas subyacentes, como hipertensión arterial, diabetes, problemas pulmonares o cardíacos, o cáncer, tienen más probabilidades de formas graves de coronavirus.
Recomendaciones médicas
Finalmente, si se quiere prevenir la llegada de las enfermedades invernales más comunes, los especialistas aconsejan una serie de recomendaciones: seguir una alimentación equilibrada, dormir las horas necesarias, hacer ejercicio, hidratarse de forma correcta, tratar de reducir el estrés y la ansiedad, lavarse las manos de manera frecuente, ventilar a diario la casa con un mínimo de 10 minutos, evitar los cambios bruscos de temperatura, evitar los lugares cerrados que estén muy concurridos, cubrirse la boca y la nariz con el brazo al toser o estornudar para evitar la propagación de gérmenes y virus, evitar el consumo de remedios sin receta, ya que puede ocultar los síntomas de una enfermedad, dificultando un diagnóstico correcto y empeorando el cuadro clínico y para desinfectar se recomienda utilizar alcohol al 70% o lavandina.
Prevención para los niños
Un punto importante a tener en cuenta es que las infecciones respiratorias frecuentes en los niños, se pueden prevenir adoptando las siguientes medidas: 1) Mantener la lactancia materna: se recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad y con una alimentación complementaria adecuada, hasta los dos años de vida. 2) cumplir con el Calendario Nacional de Vacunación.
3) no exponer a los niños al humo del cigarrillo ni de braseros, estufas a leña o calefactores que puedan emitir monóxido de carbono, 4) higienizar frecuentemente con agua y jabón los elementos del bebé, como chupetes y juguetes, y las superficies donde se lo cambia y preparan sus alimentos, 5) practicar el lavado de manos frecuente tanto personal como de los niños y demás convivientes. Para reforzar la higiene se puede utilizar alcohol en gel, 6) ventilar los ambientes de la casa al menos una vez al día y 7) mantener alejados a los bebés de las personas que presentan síntomas de alguna enfermedad respiratoria.
Vacunación contra la gripe
Si bien para todas las afecciones no existen una vacuna en particular, sí lo hay para el caso de la gripe, de hecho, en nuestro país hay diferentes tipos de inoculaciones antigripales, por un lado, están aquellas trivalentes que protegen contra 2 cepas de la influenza A (H1N1 y H3N2) y 1 de la influenza B.
Lo cierto, es que están disponibles de forma gratuita para los denominados “grupos de riesgo” y tiene presentaciones pediátricas, para adultos y adyuvantes para mayores de 65 años, y el adyuvante ayuda a que la respuesta inmune sea mayor en el organismo.
Por otro lado, están las vacunas cuadrivalentes (o tetravalentes) que protegen contra 2 cepas de virus de la influenza A (H1N1 y H3N2) y los 2 linajes de la influenza B. También hay versiones pediátricas, para adultos y ya hay disponibles 2 tipos diferentes según su tecnología de producción.
En tanto, están aquellas desarrolladas con la tecnología tradicional de producción en huevo y ya se puede encontrar en nuestro país la primera vacuna antigripal desarrollada con tecnología de cultivo celular. Hay que resaltar, que estas vacunas solo están disponibles en el mercado privado aunque su costo depende de la cobertura de salud.
En pos de llevar tranquilidad a la población de nuestro país, hay que decir que todas estas vacunas son seguras y eficaces, están aprobadas y recomendadas por la Organización Mundial de la Salud y cumplen con los controles de calidad y seguridad exigidos por la ANMAT, con lo cual todos podemos acudir a inocularnos contra la gripe y quedarnos tranquilos.
POR G.A.