En diciembre de cada año se reabre el debate por el uso de fuegos artificiales durantes las fiestas. Si bien existe cada vez más conciencia en torno a los peligros que conlleva la pirotecnia, su empleo lamentablemente es frecuente y suele ocasionar lesionados, de los cuáles el 50% son niños.

Según datos de La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) más de 1000 personas deben ser asistidas anualmente en instituciones de la salud por lesiones producidas por el uso de la pirotecnia, de las cuales alrededor del 50% son niños y de ellos, el 75% varones. Además, entre el 25% y el 50% de los afectados son solo espectadores u observadores.

“Debemos ser conscientes que utilizar pirotecnia puede causar quemaduras, problemas auditivos y lesiones en manos, rostro y ojos de por vida. Los más afectados son los niños de entre 5 a 14 años”, sostiene el Dr. Daniel de la Torre Diamante, otorrinolaringólogo. “Si bien en los últimos años hubo un claro descenso en el uso, por momentos parece ser un hábito difícil de erradicar completamente, a pesar de los numerosos y graves riesgos que conlleva su uso”, advierte.

Riesgos para el aparato auditivo 

De acuerdo con estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la intensidad sonora máxima de exposición a un sonido o ruido para evitar posibles lesiones auditivas es de 70 a 80 decibeles (dB) y se recomienda no habitar en lugares con ruidos superiores a los 65 dB. En este sentido, las explosiones ocasionadas por la pirotecnia, por lo general superan los 100 dB, lo cual implica un nivel de intensidad sonoro de riesgo que podría afectar negativamente el aparato auditivo.

Desde el punto de vista de la legislación, existen diversas ordenanzas y proyectos en distintos distritos del país que tienden a regular la utilización indiscriminada de la pirotecnia y a morigerar los ruidos desmedidos en general.

¿Por qué es importante tomar conciencia sobre este tema?

Las explosiones habitualmente son ruidos fuertes de corta duración que llegan al oído interno e impactan sobre las células ciliadas que lo conforman. Si este trauma sonoro fuese de alta intensidad, tal vez podría llegar a generar algún daño auditivo con la consiguiente pérdida de audición y percepción de zumbidos o acúfenos en los oídos de manera transitoria o permanente. Asimismo, puede que los riesgos auditivos se incrementen cuando las detonaciones se realizan en lugares cerrados o semicerrados, ya que, al ruido suscitado por la pirotecnia, también se suman los ecos o amplificaciones que se generan en las paredes u otras superficies.

Las explosiones ocasionadas por la pirotecnia superan los 100 dB, lo cual implica un nivel de intensidad sonoro de riesgo que podría afectar negativamente el aparato auditivo.

“Es importante desarrollar hábitos que ayuden al cuidado del sistema auditivo y uno de ellos es no exponerse a ruidos intensos. Las señales de alarma que nos indican una pérdida auditiva y a las que debemos prestar atención, son: la presencia de acúfenos o zumbidos y la dificultad para discriminar la palabra, especialmente en ambientes con ruido ambiente. Debido a que las lesiones por ruidos intensos pueden ser irreversibles, es muy importante ponernos en alerta y prevenir potenciales daños por trauma acústico”, explica de la Torre, referente de MED-EL.

Todos los años la quema de pirotecnia ocasiona miles de lesiones a quienes la manipulan y a las personas que se encuentran cerca. Consultar tempranamente ante un dolor de oído, sensación de pérdida auditiva o cualquier malestar es importante, sobre todo en caso de haber estado expuesto ante alguna explosión o ruido intenso.