¿Cómo usar el barbijo sin perder la voz en el intento?
Las mascarillas faciales y los tapabocas se convirtieron en herramientas habituales para prevenir el Covid-19. Sin embargo, su uso constante puede provocar daños en las cuerdas vocales. Los consejos para su correcta utilización.
Desde el inicio de la pandemia el uso de barbijo se convirtió en la principal medida para protegerse del virus SARS-CoV-2-. Las personas que, por trabajo u otras obligaciones, deben pasar muchas horas del día en ambientes en los que tienen que utilizar tapabocas la mayor parte del tiempo, suelen sobreexigir el funcionamiento de sus sistemas respiratorios y esto afecta las cuerdas vocales. Esta consecuencia se observa en la producción y fonoarticulación de la voz, empleada para comunicarse con sus pares o desempeñarse laboralmente.
Las máscaras protectoras, barbijos y tapabocas son la barrera más importante en la prevención de los contagios de Covid-19. La mayoría de la población los incorporó a sus actividades diarias sin inconvenientes, inclusive los niños.
El elemento de protección dejó de ser exclusivo del ámbito médico y se extendió a todas las profesiones y oficios. Desde los docentes en las escuelas, pasando por los cajeros de bancos y supermercados, hasta el comerciante y el taxista, son muchas las personas que pasan largas horas de jornadas laborales fuera de su casa y deben protegerse y cuidar su salud.
Como contrapartida, ocurre que el uso del barbijo o tapaboca "genera una barrera, una resistencia al paso del sonido, que produce sensación de variabilidad en la intensidad de dicha producción", explica Paula Bellengeri, Licenciada en Fonoaudiología (M.N. 8.713).
"Con el barbijo y la resistencia que este genera, las personas tienden a hacer un esfuerzo extra para aumentar la intensidad de habla", añadió la especialista, que ha intensificado sus actividades desde la llegada de la pandemia, debido a los inconvenientes que a muchos les genera.
Tras un año y medio en un marco pandémico los expertos en fonoaudiología comenzaron a observar las consecuencias que tuvo la adaptación a la utilización permanente de estos elementos. "La mayor parte de nuestra comunidad, por el estrés actual, no suele tomar consciencia del estado propio del esquema corporal vocal y del registro de las partes intervinientes en la producción de la voz", advierte Bellengeri.
Este no registro, "dificulta el manejo de un tipo y modo respiratorio correcto y de la fonoarticulación que, con entrenamiento, podrían mejorar, beneficiando así las cualidades acústicas y perceptivas de la voz y por ende en las estructuras intervinientes en su producción", señala la coordinadora del Servicio de Fonoaudiología del Centro Médico Fitz Roy. Asimismo, destacó que tanto el mal uso respiratorio, como el fonoarticulatorio pueden terminar ocasionando cansancio o fatiga vocal e incluso disfonías.
Para muchos trabajadores, la rutina que se lleva a cabo en el ámbito laboral hace que la atención esté puesta en otras tareas. "Al estar hablando, moviéndose y ejecutando diferentes actividades, con la atención dividida, eso hace que se le reste atención al uso de la voz", apuntó Bellengeri.
Señales de alarma
Los expertos en fonoaudiología reconocen el aumento de molestias relacionadas con el habla y la sobre exigencia de la voz que se desataron luego de períodos prolongados con barbijos, tapabocas o máscaras. Por eso, señalan la importancia de prestar atención a los cuidados que las cuerdas vocales requieren. Bellengeri detalla cuáles son las señales de alarma para ayudar a identificar signos y síntomas que pesquisan cansancio vocal y que indican que debe consultarse con un especialista.
Los cambios en la voz a lo largo del día, disminuyendo su intensidad, son uno de los principales indicadores de que algo no anda bien. Lo mismo ocurre al experimentar sensación de esfuerzo para llegar al final de una frase emitida. Por otro lado, la presencia de tos irritativa (necesidad de aclarar la garganta, carraspeo), la sensación de sequedad en la garganta ( el cuerpo necesita mayor hidratación) ardor, picazón, así como la manifestación de ronquera, son señales claras de un malestar en la voz que no deben ser subestimadas y requieren de una consulta con un fonoaudiólogo u otorrinolaringólogo.
La incomodidad con la percepción de su voz actual, voz tensa o soplada, y la disfonía también son indicios de que las cuerdas vocales necesitan atención. Sin embargo, "cabe aclarar que nadie va a tener una lesión de cuerdas vocales por el uso del barbijo; siempre habrá un factor predisponente y una serie de hábitos que posibilitarán la presencia de una alteración" tranquilizó la especialista.
Pero también es cierto -aclaró- que las personas con mayor exposición a tener que hablar con tapabocas varias horas al día se ven más exigidas en comparación con aquellos que no dependen de él para realizar sus tareas diarias.
Rutinas saludables
Bellengeri recomendó que ante la presencia de alguno de los anteriores síntomas, lo primero que debe hacerse es consultar a un especialista en otorrinolaringología, quien será el encargado de evaluar la presencia -o no- de alguna lesión estructural en el tracto vocal y quien posteriormente evaluará el inicio de tratamiento fonoaudiológico.
El especialista puede observar si existe cualquier tipo de lesión o inflamación o bien, si algún signo da cuenta que, de no modificar ese hábito terminará afectando el funcionamiento esperable/normal de las cuerdas vocales.
En ambos casos, la intervención fonoaudiológica permitirá hacer profilaxis, brindando estrategias de higiene vocal y aportando pautas específicas a la persona que permitan su entrenamiento vocal y/o rehabilitación de las cuerdas vocales afectadas.
En este aspecto, resulta fundamental comprender que la consulta temprana previene y evita que el mal uso o abuso de la voz genere una lesión estructural evitable.
"En el entrenamiento vocal siempre se comienza con la toma de conciencia de lo que hay que cambiar explicando al paciente el por qué y para qué. Luego, se le ofrece información sobre pautas de higiene vocal y, posterior a ello, se planifica una intervención acorde a cada caso en particular desarrollando un tratamiento personificado, según las necesidades de cada paciente", detalla la licenciada. Una vez que se confirma el diagnóstico, el abordaje se planifica por etapas. "Primero hay una presentación de ejercicios para relajar las estructuras, luego la práctica e incorporación y por último, la automatización de los mismos", remarca Bellengeri.
Pero para asegurar la efectividad de cualquier tipo de tratamiento es imprescindible adaptar el abordaje a la rutina de cada persona. La constancia por parte del paciente es lo que garantizará un resultado exitoso. "Por eso es clave adaptar los ejercicios a la cotidianeidad de cada individuo en pos de lograr la adherencia al mismo y llegar con éxito a cumplir los objetivos", finaliza la fonoaudióloga.
Recomendaciones
- Mantenerse hidratados. Beber un litro y medio de agua por día, correctamente espaciado.
- Tener una alimentación variada, rica en frutas y evitar alimentos o bebidas irritativas, (mate/ te /café) aumentan la posibilidad de reflujo lo que dañar las cuerdas vocales.
- Realizar ejercicio físico para mejorar la capacidad respiratoria.
- Evitar fumar o estar expuesto al cigarrillo.
- Permanecer en ambientes con humedad justa (ni mucha calefacción ni muy fríos) ya que la sequedad del ambiente sumado al uso del barbijo generan mucha resistencia al ingreso de aire.
- Al hablar con el tapabocas puesto, hacer frases cortas. Mensajes cortos, claros, bien articulados con pausas adecuadas generan mayor inteligibilidad del habla, haciendo una comunicación más exitosa con menor riesgo.
- Evitar competir con el ruido ambiente. Tener la menor cantidad de distractores tecnológicos en volúmenes altos.
- Quienes trabajan todo el día con la voz, una hora antes y una hora después de la jornada laboral deben minimizar el uso de la voz (tratar de no mandar mensajes de audio ni hacer llamadas pendientes en el camino de ida y vuelta al trabajo).
- Si se siente la garganta seca en el trabajo, en vez de comer un caramelo o tomar café, ingerir agua o una fruta (cuanto más alimentos o bebidas dulces se incorporen, más pesada se vuelve la saliva y se enlentece la articulación, lo que lleva a que se requiera más esfuerzo para hablar).
- Optimizar la postura corporal, que sea cómoda sin crear resistencia al pasaje del aire, evitando tensión y contracción del abdomen.