Por segunda vez en tres días, el presidente Alberto Fernández y el ministro de Educación Nicolás Trotta se reunieron para analizar los pasos a seguir con la clases una vez que finalicen las dos semanas de restricciones anunciadas por el incremento de casos de coronavirus.

Una de las cuestiones que se determinó es que los chicos no volverán a las escuelas en el AMBA, aunque continuarán con el plan educativo de forma virtual.

Además se estableció que a medida que bajen los casos, se comenzará con una presencialidad administrada, que constaría, por ejemplo, en tener clases presenciales tres días en vez de cinco como solía suceder antes de la pademia.

Trotta le presentó al mandatario opciones para evitar el cierre total de las escuelas, una hoja de ruta que se habló en el Consejo Federal de Educación con los ministros de las 24 provincias.

El ministro le presentó un nuevo plan a Jefe de Estado, donde se prioriza la circulación de comunidad educativa para asistira las instituciones educativa por sobre otras restricciones para reducir los contagios.

También se le va a sugerir a los familiares que los menores no mantengan actividades de socialización por fuera del ámbito escolar, con el fin de evitar propagar la enfermedad.

Este nueva modalidad tiene como objetivo principal que los estudiantes no pierdan el contacto tan necesario con sus docentes e inclusive, si por alguna razón hubiera que suspender la clases presenciales por el coronavirus por un tiempo determinado, las escuelas podrían mantenerse abiertas con guardias de directivos y docentes de manera que esté asegurado el intercambio de actividades, materiales y devoluciones con estudiantes y familias y la distribución de alimentación cuando corresponda.

La posibilidad de aplicar el plan de Trotta en la Ciudad de Buenos Aires dependerá de la resolución de la Corte Suprema de Justicia, que si falla a favor de la administración porteña, el Gobierno no podrá tomar determinaciones en esta cuestión y cualquier decisión será de Horacio Rodríguez Larreta.