La discusión sobre la reconversión de los planes sociales en empleo genuino dio un nuevo paso adelante con la reunión que sostuvieron el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zabaleta, y cuatro gobernadores de las provincias del Norte argentino.

A la mesa se sentaron Gildo Insfrán, de Formosa; Jorge Capitanich, de Chaco; Gerardo Zamora, de Santiago del Estero, y Raúl Jalil, de Catamarca. Según informaron fuentes ministeriales, en la conversación se buscaron alternativas para articular el rol de los estados provinciales en la transformación de los planes Potenciar Trabajo.

"Estamos trabajando día a día para transformar los planes en empleo formal y eso requiere de articular con gobiernos provinciales y municipales, y también con el sector privado, sindicatos y sectores de la economía popular", indicó Zabaleta, quien estuvo acompañado por el viceministro Gustavo Aguilera.



En diálogo con la emisora Nacional Rock, Zabaleta remarcó que si bien la decisión política está tomada, el proceso será gradual. "Vamos a cuidar a los beneficiarios, los vamos a acompañar a que recuperen el empleo y los vamos a seguir fortaleciendo en el marco de la economía social", indicó.

Se calcula que el padrón de beneficiarios de ese programa es de 1,2 millones de personas. En el Conurbano, la mayoría de los intendentes dieron el visto bueno para hacerse cargo del contralor de estos programas y de buscar alguna tarea comunitaria como contraprestación. En el Interior, en cambio, la situación no está tan clara y la reunión de Zabaleta con estos gobernadores fue una primera aproximación.

El mayor control de estos planes fue reclamado por la vicepresidenta Cristina Kirchner en un acto que tuvo lugar la semana pasada en Avellaneda. Allí pidió culminar con la “tercerización” de estos planes, en cuyo otorgamiento y supervisión las organizaciones sociales fueron ganando mayor protagonismo. “El peronismo es generar laburo”, sostuvo la expresidenta para fundamentar su pedido.

La situación generó el descontento de esas organizaciones y un amago de ruptura del Movimiento Evita, una de las más numerosas. La semana pasada hubo una reunión de los representantes de esas agrupaciones con Zabaleta y las partes quedaron en seguir conversando durante esta semana, aunque el ministro les precisó que el nuevo rumbo será inmodificable.