La candidata presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, volvió a dar señales de que será inflexible ante cualquier atisbo de protesta social, en caso de imponerse en las próximas elecciones de octubre y alcanzar la Presidencia. La exministra de Seguridad dijo que el Puente Pueyrredón “va a dejar de ser el lugar del piquete” y que no habrá ninguna negociación con quienes pretendan realizar actos de ese tipo.

"El Puente Pueyrredón va a dejar de ser el lugar del piquete para ser lo que siempre ha sido, un puente que une la ciudad de Avellaneda con ciudad de Buenos Aires. Que vuelva a tener resplandor para que todos los ciudadanos que viven en el sur no estén discriminados en su trabajo y que la gente pueda circular con libertad", señaló en un acto realizado en las inmediaciones del lugar.

Una movilización piquetera en el Puente Pueyrredón. El tránsito entre la Ciudad y la zona sur del conurbano queda interrumpido.

La candidata presidencial, quien viene acentuando sus críticas no sólo al gobierno sino a las otras fuerzas que competirán en la elección del 22 de octubre, fue acompañada por Jorge Macri, quien aspira a suceder a Horacio Rodríguez Larreta como jefe de Gobierno porteño. Patricia Bullrich lo involucró en la cuestión, al igual que a Néstor Grindetti, el candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por ese espacio.

"Basta de negociación. Se van a evitar con una decisión política de todos los actores que estemos involucrados. Jorge (Macri) va a tener que hacer su parte, (Néstor) Grindetti la suya, y los intendentes, para ayudar que la zona mejore", sostuvo Patricia Bullrich.

La exministra de la Alianza y del gobierno de Mauricio Macri también indicó que "tomará medidas concretas" contra "los que vengan a los piquetes". También negó que sea necesario una intervención judicial para desalojar de las calles a los manifestantes.

"Eso es mentira, eso es no entender lo que es el accionar de una fuerza pública. Infraganti delito, un policía puede actuar de manera inminente sin necesidad de la orden de nadie. Eso es un invento que han hecho para ganar tiempo y que el piquete se mantenga todos los días", resaltó Patricia Bullrich.

"Un piquete impide que un médico pueda llegar a una visita, un chico que tiene que ir al colegio o una mamá descompuesta, o lo que sea, impide que la gente viva en normalidad", explicó la exministra de Seguridad. También dijo que “el año pasado hubo 9.000 cortes de tránsito” por protestas.

Puente Pueyrredón: el trágico desalojo de un piquete y las muertes de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán

A lo largo de los años, el Puente Pueyrredón, que une la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con el partido bonaerense de Avellaneda, se convirtió en un lugar emblemático de los cortes de tránsito por parte de organizaciones piqueteras. Su condición de acceso estratégico hace que las protestas en ese lugar tengan gran visibilidad, lo que irrita a los automovilistas que pierden tiempo para entrar o salir de la ciudad.

Pero también es un lugar simbólico de las protestas sociales por la trágica manifestación del 26 de junio de 2002. En aquella ocasión, hace más de dos décadas, y en medio de un convulsionado clima social posterior a la salida de la convertibilidad, el entonces presidente Eduardo Duhalde encomendó a las fuerzas de seguridad impedir el anunciado corte de ese lugar por una movilización de protesta. 

La Policía Bonaerense no sólo evitó la concentración sino que inició una cacería de militantes que culminó con la muerte de dos de ellos, Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, en el hall de la estación ferroviaria de Avellaneda. Ambos cayeron abatidos por las balas policiales. 

Como consecuencia de los crímenes y ante la indignación popular, Eduardo Duhalde anunció que adelantaría el llamado a elecciones y su salida del poder. Tres años y medio después, los excomisarios Alfredo Fanchiotti y Alejandro Acosta fueron condenados a cadena perpetua por doble homicidio y siete tentativas de homicidio. También hubo penas menores para otros efectivos y funcionarios políticos por encubrimiento y falso testimonio, entre otros delitos. A la estación ferroviaria de Avellaneda, además, se le agregó el nombre de los dos militantes asesinados.