Al igual que otros productos de la canasta básica, la yerba mate siente el ajuste que los argentinos realizan en los gastos diarios. Su consumo interno sufrió un derrumbe del 8,8% interanual en los primeros nueve meses de 2024 y alcanzó su nivel más bajo de los últimos nueve años. El dato fue dado a conocer en un informe privado y reflejó uno de los efectos de la caída del poder adquisitivo.

La demanda de yerba mate por parte de los consumidores locales pasó de 212.000 toneladas entre enero y septiembre de 2023 a 193.400 toneladas en el mismo período de este año. El número dejó en claro la caída de este producto y se ubicó a 10,1 puntos porcentuales del pico experimentado en 2021, según el estudio publicado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

El desplome alcanzó también a las exportaciones. Esto se debe a que, en el acumulado de enero a septiembre de este año, mostraron una baja del 16,4 en comparación con el promedio 2020-2023 y decrecieron 16,4% en términos interanuales. La Unión Europea y algunos países de Asia fueron los mercados que explicaron ese escenario.

Las razones

En diálogo con Crónica, Guido Bambini, investigador económico del CEPA y autor del informe, atribuyó la caída en el consumo interno de yerba mate a la "pérdida del poder adquisitivo" ocurrida en los últimos meses. "El último dato oficial que tenemos es de agosto pasado: el Índice de Salarios del Indec. Cuando se hace el promedio ponderado de todos los salarios (público, privado y no registrado) da 9,9%. Todo contra noviembre de 2023, antes de que asumiera Javier Milei como presidente", analizó.

Bambini aportó otro factor que influyó en la baja del consumo de este producto. "Hubo una pérdida importante de puestos de trabajo entre el sector público y el privado. Desde la asunción de Milei se perdieron casi 183.000 empleos entre el sector público y el privado. Esto también tuvo que ver", señaló el especialista.

"Hay una preocupación seria en el sector porque, en otra crisis del país y momentos de pérdida de poder adquisitivo y empleo, la gente reemplazaba algunas comidas por el mate. Ahora eso no sucede, porque el consumo interno, como puede verse, cayó casi 9% interanual en los primeros nueve meses. Y les preocupa, además, que se puede llegar a perder cierto hábito. Es una particularidad de esta crisis", remarcó.

Otro inconveniente

El informe advirtió, además, sobre un empeoramiento en la relación precio al productor/precio de góndola. "El primero sólo logra captar 5,7% del precio de venta en góndola. Es decir, 1,3 puntos porcentuales menos que en septiembre 2023 y 2,4 puntos porcentuales menos que el promedio 2020-2023", puntualizó. Y agregó: "Es el peor momento, desde 2019, del ratio entre el precio al productor y el precio en góndola por kilo".

¿A qué se debe esta situación? "No están más los acuerdos semestrales entre las distintas partes de la cadena de valor en el marco del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). El Instituto está acéfalo, porque no tiene designado un presidente por el Poder Ejecutivo nacional. Si bien el DNU 70/2023 pretendía desregular el sector y quitar esa posibilidad de acuerdo de precios, hoy eso no está vigente, porque hay un recurso de amparo avalado por la Justicia de Posadas. Pero digamos que lo hacen de facto al no nombrar al presidente del Instituto", explicó.

     

Y continuó en esa línea: "Sin la posibilidad de tener esos acuerdos semestrales, claramente hay una asimetría de poder entre los productores locales -el 90% son de Misiones y el 10% restante, de Corrientes-, donde los otros eslabones de la cadena de valor, sobre todo el industrial, les terminan poniendo el precio que quieren. Hoy el kilo de hoja verde que le pagan al productor está entre 200 y 300 pesos, y los que no están organizados en cooperativas están hasta abajo de esas cifras, cuando el kilo de yerba en góndola está por encima de los 4.000 pesos".