La inflación y el paro de la CGT, las preocupaciones de Javier Milei
De regreso al país tras la interrupción de su gira presidencial por el conflicto bélico en Medio Oriente, Javier Milei se enfoca en su gestión y en los próximos objetivos políticos y económicos.
Desde las ciudades de Estados Unidos que visitó en su gira, finalizada este sábado de manera prematura por el conflicto en Medio Oriente, el presidente Javier Milei mantuvo con sus más estrechos colaboradores un contacto constante, aunque más enfocado "en la economía que en lo político, como la ley Bases, por ejemplo", contó a Crónica una fuente de la Casa Rosada.
Por esa razón, desde Texas, celebró la leve baja intermensual de inflación y siguió de cerca el pulso de la paciencia social. Si bien en el Poder Ejecutivo Nacional esperaban que la baja de los precios fuera más contundente, el promedio de marzo resultó ser 2,2 puntos porcentuales por debajo de febrero.
El ministro de Economía, Luis Caputo, había vaticinado un 10% y fue de 11%, pero la merma alcanzó para demostrar que existe el inicio de "un sendero" en una semana en la cual las alertas sindicales por la recesión y la caída salarial se hicieron sentir.
Mientras Milei era recibido cálidamente por el magnate Elon Musk en Texas y se enteraba en primera persona de sus intenciones de inversión en el país, telecomunicaciones y litio, en la ciudad de Buenos Aires la Confederación General del Trabajo (CGT) convocó al segundo paro general en los cuatro meses que lleva de gobierno. Será el 9 de mayo.
Los representantes de los trabajadores argumentaron que la pérdida de poder adquisitivo es "inaceptable". "No es que la gente no convalida los precios, es que la gente no tiene plata", explicó uno de los miembros de la cúpula de la central obrera, Héctor Daer (Sanidad), al anunciar la huelga. Fue para refutar la hipótesis del oficialismo, desde donde sostienen que no comprar alimentos porque están caros ocurre por un acto voluntario de los consumidores para dar un mensaje al sector empresario.
Más allá de que no sea prioridad para el Presidente, sus ministros concentraron gran parte de su tiempo en hacer equilibrio entre las negociaciones por la nueva versión de la ley Bases y evitar alianzas en contra del DNU 70/2023 de desregulación económica en la Cámara de Diputados. En lo que sí coincidió y coincide su atención es que tanto en Casa Rosada como en el Norte observaron y observan con lupa el pulso de la paciencia social.
La calle, agitada
La CGT le puso fecha al paro general. Fue al día siguiente de que la cúpula de la central obrera y otros dirigentes que la integran fueran citados por primera vez en lo que va de la gestión de Milei en la Casa Rosada.
El encuentro fue en buenos términos y de allí surgió una expectativa en el oficialismo de haber encontrado una vía para desactivar la huelga. Pero los esfuerzos no alcanzaron. Los argumentos de los sindicalistas se centraron en el panorama salarial, los aumentos de las tarifas y el daño al empleo por la recesión económica sumado a los despidos en la administración pública que se cuentan por miles en las últimas semanas.
La CGT además ratificó que el 1º de mayo, Día del Trabajador, habrá una movilización masiva en el centro de la ciudad de Buenos Aires. Una muestra de fuerza de los sindicatos que se preparan para lo que les anticiparon cara a cara en un salón de la Rosada: se viene la discusión parlamentaria por la nueva versión de la ley Bases, la restitución del Impuesto a las Ganancias sobre los salarios más altos y, por iniciativa de un sector de la UCR (partido integrante de Juntos por el Cambio) que encabeza el diputado cordobés, Rodrigo De Loredo, una reforma laboral acoplada.
La CGT agregó un ítem no menor en su agenda: apoyo a la protesta de las universidades nacionales. Sumará una columna que marchará con los estudiantes el 23 de abril también en Buenos Aires para reclamar por el recorte del Presupuesto que quedó congelado con los montos del 2023.
Los conflictos de diversos sectores con el gobierno nacional alcanzan al transporte público, como quedó en claro esta semana con la medida de fuerza de la UTA en Buenos Aires. Los camioneros -gremio integrante de la CGT- anticiparon al ministro Caputo, que están listos para sus propias medidas en caso de mantener la postura de no homologar la paritaria. Otro gremio fuerte como Aceiteros, cuya paritaria suele estar en el podio, manifestó la misma preocupación (ver página 8). En tanto, las organizaciones sociales mantienen los reclamos por el presupuesto de los comedores.
El bolsillo, roto
Los índices oficiales publicados esta semana confirmaron el deterioro de los bolsillos. En Casa Rosada insisten con que "la gente sabe que son meses duros y entiende por qué", según comentaron fuentes que caminan esos pasillos a este medio. Sin embargo, la inquietud por las cifras que muestra la recesión existe entre las filas cercanas al Presidente, tanto como subrayan su buena imagen en las encuestas.
La opinión positiva sobre Milei varía entre el 45% y el 52% en la mayoría de las mediciones privadas, casi sin modificación desde diciembre de 2023. En ese marco de tranquilidad política interna y a pesar de la ruptura de su bloque en Diputados, se celebró la inflación de marzo del 11% (contra el 13,2% de febrero).
Así, el acumulado en el primer trimestre marcó un alza de 51,6%. En abril, según consultoras privadas, la inflación podría volver a rozar un dígito o quedar entre 10% y 11%. Es lo que esperan también en la Rosada para mantener los niveles de buena imagen del Presidente. Allí no ocultan, igualmente, la necesidad política de llegar a 9 u 8% cuanto antes para demostrar que el "sacrificio" tiene como resultado una baja de la inflación.