Mientras el peronismo que lo antecedió en el poder afronta el daño político de la imputación por violencia de género al expresidente, Alberto Fernández, y la oposición aliada o dialoguista se debate entre apoyarlo desde al lado o adentro de La Libertad Avanza, el presidente Javier Milei reordena su agenda partidaria, demora anuncios, se empodera con los elogios de Donald Trump y aprovecha para blanquear que falta mucho para la salida del cepo cambiario.

En un escenario político ideal que le permite plantar el debate sobre las “hipocresías” de sus adversarios políticos -tal cual insisten en la Casa Rosada-, combinado con la baja de la inflación en julio y la reducción de la brecha cambiaria, Milei dejó esta semana los eufemismos de lado y, no solo confirmó que hay cepo para rato, sino que advirtió duramente a aquellos que le exigen que ponga la fecha.

“Autoritarios, dirigistas, colectivistas”, los llamó en un evento organizado por representantes del mercado inmobiliario (Expo Real Estate). “Es falso que no se pueda crecer con el cepo”, se atrevió a señalar a contramano de lo planteado durante la campaña electoral.

Milei estuvo también esta semana en el Consejo de las Américas con algunos integrantes del círculo rojo empresarial del país. Allí arremetió a su vez contra los que piden una devaluación de la moneda para hacer negocios ya que “no nos importan las presiones, vengan de donde vengan”.

Creer o reventar

En ambas citas con ejecutivos y dueños de compañías, Milei fue aplaudido durante casi todo el discurso y les hizo su propia demanda: “no teman, inviertan”. Su ministro de Economía, Luis Caputo, transmitió la misma preocupación por mayor iniciativa privada en un encuentro organizado por la Bolsa de Comercio de Córdoba: “es momento de creer”.

El ministro que sigue recogiendo loas de Milei en cada una de sus disertaciones públicas, sostuvo: "Es un momento de cambio histórico, para creer y para invertir. A todos nos agarra ansiedad, y a muchos nos gustaría estar sin cepo y creciendo, y generando muchísimo más empleo. Hay que tener paciencia".

Caputo evitó dar pistas sobre los tiempos pero Milei estableció el contexto en el que promete levantar el cepo: “cuando la base monetaria en el formato convencional termine de igualarse a la base monetaria amplia, que quiere decir que el sobrante de dinero se eliminó”.

Para eso falta y algunos de los que lo escucharon en persona esta semana interpretaron que si ocurre, será después de las elecciones legislativas del 2025. Aunque otros ponen fichas a un triunfo en las presidenciales de Estados Unidos en octubre próximo (y asunción en enero) del republicano, Donald Trump, sobre la demócrata, Kamala Harris.

Tienen fe de que si Trump gana podría colaborar con Milei con un llamadito para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) acepte ampliar el préstamo stand by que Macri tomó en 2018 por 45.000 millones de dólares.

El expresidente republicano aseguró esta semana que Milei “está haciendo un trabajo genial con un verdadero recorte y bajando la inflación muy rápido. Le está funcionando fantásticamente", sostuvo en un discurso de campaña.

Los elogios desde el norte fueron destacados en las redes sociales por el mandatario nacional que no oculta su preferencia. En Casa Rosada son más precavidos ante las posibilidades de Harris y aseguraron a Grupo Crónica que si bien las declaraciones de Trump “son muy bien valoradas”, tienen “excelente relación” con la Casa Blanca más allá de quien esté en el poder.

En el gobierno libertario calculan que para levantar totalmente las restricciones a la compra de dólares, se necesitan 10 mil millones en moneda estadounidense y otros 15 mil para estacionar en las reservas del Banco Central ante la tensión e incertidumbre que podría generar esa decisión.

Liberar el cepo es un riesgo pero no hacerlo –por más que Milei diga ahora que no impide el crecimiento casi como cuando lo estrenó el peronismo kirchnerista- repele inversiones, según sostienen con insistencia algunos analistas. Se refirió a este asunto como un “falso dilema” un estudio publicado esta semana por Suramericana Visión, el think tank fundado por el ex ministro de Economía, Martín Guzmán, y el centro Fundar.

“Ni cepo ni liberalización completa: hacia una regulación prudente de los flujos de capitales”, se titula y explica que levantar todas las barreras en los términos que lo propone Milei indica que “cuando sea el momento, es probable que se haga mal”.

El trabajo sugiere “salir de posiciones extremas” y propone “regulaciones de carácter prudencial ante posibles cimbronazos mundiales o eventos disruptivos locales con un sistema de válvulas para graduar los flujos de liquidez”.

Empoderamiento

Milei se siente empoderado en pleno escándalo por las acusaciones que pesan sobre sus antecesor del peronismo, Fernández, y las revelaciones mediáticas circundantes; tanto como por las encuestas que le llegan a su escritorio y ratifican que la imagen de otro exmandatario pero del PRO (armador de Cambiemos, ahora Juntos por el Cambio), Mauricio Macri, se mantiene en una cifra en la provincia de Buenos Aires.

A punto tal atraviesa “un buen momento” que cerca del Presidente manifiestan convicción de la compresión de “la gente” sobre los aumentos tarifarios del transporte, combustibles y servicios, como así también, la quita de subsidios. “Lo entienden y hasta les parece razonable pagar más”, sostuvieron en diálogo con este medio.

Por eso más allá de algunos posteos en redes para marcar la doble moral de opositores que defendieron causas progresistas pero que supuestamente no sirven de ejemplo en sus vidas privadas, Milei hace esfuerzos por no interrumpirlos mientras quedan expuestos.

Su mesa chica suspendió esta semana el acto partidario que iba a encabezar el 20 de agosto en la provincia de Buenos Aires. La Libertad Avanza no quiere levantar el perfil y esa máxima fijada también para todo el gabinete nacional incluye a varios anuncios en carpeta sobre reformas y desregulaciones que quedarán para cuando sea más apropiado políticamente.

“No interrumpas a tu enemigo cuando está cometiendo un error”, la frase célebre del francés Napoleón Bonaparte la usó esta semana en diálogo con este medio una alta fuente del PRO para explicar la estrategia de Milei.

Con esa ventana de tiempo, el Presidente aprovechó para acercar posiciones con un aliado que venía de criticar a su “entorno”, Mauricio Macri. Almorzaron en la Quinta de Olivos y charlaron por varias horas. El expresidente todavía asegura que no se fusionará con La Libertad Avanza pero la fuente amarilla consultada y al tanto de esa conversación, manifestó seguridad de que en 2025 “el PRO no va a ir solo”.

También señaló que para eso, algunos se tendrán que bajar del pedestal. “A Macri lo veo como si pensara que tiene que tener la administración del gobierno y no es así”, marcó en línea con lo que piensan justamente en el “entorno” de Milei.

Mientras el peronismo da que hablar y se entusiasma con su fin, Milei retoma los coqueteos con Macri y mide mayores chances de que los trabajadores y los jubilados tengan paciencia mientras dure la recesión al igual que los empresarios, incluidos los que quieren cuanto antes una devaluación y el fin del cepo. En Casa Rosada saben que todo análisis puede fallar menos uno: el de la expectativa sobre la inflación.