Al cumplirse 40 años de la recepción del Premio Nobel de la Paz por parte de Adolfo Pérez Esquivel, se llevan a cabo una serie de eventos en su honor. Uno de los que se sumó con su saludo al homenaje fue el papa Francisco quien destacó el "coraje y la sencillez" de Pérez Esquivel. 

"A la distancia quiero unirme a la celebración. Sé que en el corazón de cada uno celebraremos los 40 años del premio Nobel de Adolfo Pérez Esquivel", dice Francisco en su saludo, publicado por el dirigente en sus redes sociales.

"Gracias querido amigo @Pontifex_es por tus palabras, eres un mensajero de la Paz. Rezamos por ti", escribió Pérez Esquivel en respuesta al mensaje del papa argentino.

En el video, Francisco menciona a Pérez Esquivel como su "amigo" y "vecino", ya que, cuando viaja a Roma, "se hospeda cruzando la calle, de una puerta de al lado del Vaticano".

"Gracias Adolfo por tu testimonio, en los momentos lindos, pero también en los momentos dolorosos de la Patria, por tu palabra, por tu coraje y por tu sencillez", agrega el pontífice en su mensaje.

Finalmente, el Papa señaló: "Si me permitís un castellano un poquito atrevido, te diré que vos no te la creíste, y eso nos ha servido a todos. Un Premio Nobel que sigue haciendo lo suyo con humildad. Gracias Adolfo, que Dios te bendiga, y reza por mí, por favor".

En tanto, en horas del mediodía, el presidente Alberto Fernández encabezará en la Casa Rosada un acto homenaje a Pérez Esquivel, tras el logro obtenido hace cuatro décadas.

Aquel 13 de octubre de 1980

Pérez Esquivel recibió en la sede de la embajada noruega en Buenos Aires la noticia de su designación como Nobel de la Paz, decisión que representó un duro golpe para la dictadura y aire fresco para las organizaciones, que buscaban canales para difundir las violaciones a los derechos humanos que se multiplicaban en el país.

Pérez Esquivel es "uno de los argentinos que han aportado un poco de luz a una noche profunda", destacó en su anuncio el Comité Nobel, que puso de relieve la tarea por los DDHH "a través de una política de no violencia".

Esquivel, un luchador de los Derechos Humanos (Archivo).

La elección del argentino, por entonces de 49 años y que ya había estado preso, relegó las postulaciones del rey Juan Carlos de España, por su rol en el proceso de apertura democrática; del canciller británico Peter Carrington; del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) y de la activista sueca contra el desarme Alba Myrdal (lo ganó dos años después).

Para entonces, Argentina ya tenía otro Premio Nobel de la Paz: el diplomático Carlos Saavedra Lamas lo había logrado en 1936, por su mediación en la guerra entre Bolivia y Paraguay. También habían sido distinguidos Bernardo Houssay con el de Medicina en 1947 y Luis Leloir con el de Química en 1970. En 1984 se sumaría César Milstein, con otro galardón en Medicina.

Declaración al mundo

Un día después de conocerse el premio, el dirigente dio una conferencia de prensa en la sede del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), con imágenes del Papa Juan Pablo II y el cardenal Arnulfo Romero detrás, en la que juzgó que la elección lo animaba a "continuar el trabajo para crear una sociedad en la que el hombre pueda vivir más dignamente".

"Es evidente que en Argentina no se respetan los derechos humanos: existen miles de desaparecidos, los niños nacen en las cárceles… Nuestro trabajo consiste en buscar una solución a este drama por la dignidad de la persona", subrayó entonces.

Y expresó que compartía el Premio con el Movimiento Ecuménico por los Derechos del Hombre (MEDH), la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y las Madres de Plaza de Mayo.