La implementación del denominado dólar turista no ayudará a ampliar las reservas netas, debido a que el Banco Central seguirá sin comprar los dólares que ingresan los turistas.

Se trata de una solución que encontraron entre el ministerio de Economía, el de Turismo y el propio BCRA para que esas divisas se vendan a través del mercado bursátil. 

La medida busca que los pagos de los visitantes se realicen a través de circuitos oficiales, en vez de recurrir a las “cuevas” para conseguir un mejor tipo de cambio.

De esta manera, serán las compañías de tarjetas las encargadas de liquidar esas divisas a través del mercado financiero, con lo cual podrán reconocerle a los clientes el nuevo tipo de cambio que se acercará a $ 290 a partir del viernes.

Hasta ahora, cualquier turista que utilizaba un medio de pago electrónico recibía una cotización cercana a los $ 160.

Así, una cena que cuesta $ 16.000, cuando se paga ahora con tarjeta, equivale a 100 dólares para el extranjero. Pero a partir de ahora el costo será de solo 55 dólares. Lo mismo sucederá a la hora de pagar una cuenta en el hotel, el alquiler de un auto o cualquier otra actividad.

El circuito elegido implicará con el paso de los días un flujo de dólares que aumentará la oferta del dólar financiero, aunque al mismo tiempo reducirá lo que entra todos los días por el mercado informal o libre.

El ministro de economía, Sergio Massa, apuesta a que el dólar para turistas extranjeros reduzca la brecha cambiaria.

Si bien el Central no los comprará, al entrar las divisas por el circuito financiero implicará automáticamente un aumento de los depósitos en dólares. Esas colocaciones son contabilizadas por el BCRA, incrementando las reservas brutas, aunque no las netas (porque se trata de divisas propiedad de terceros), que son las que monitorea el FMI.

El Central no puede comprar los dólares de los turistas a $ 290 porque debería asumir una fuerte pérdida de su balance. Esto sucede porque luego a los turistas que viajan al exterior, la entidad sigue vendiendo a $ 160, es decir, el tipo de cambio oficial. Luego el tipo de cambio termina siendo mucho más alto para los que viajan al exterior por la aplicación del impuesto PAÍS, las percepciones de Ganancias y ahora también el 25% a cuenta de Bienes Personales.

Por lo tanto, el BCRA ya no se podía dar el lujo de asumir otra pérdida millonaria en su balance, como sucedió con la implementación del dólar soja, que significó la compra de divisas a los sojeros a $ 200, un 25% por encima del precio oficial en aquel momento.

El déficit de la balanza turística llegaba hasta agosto a los USD 5.600 millones. Este valor refleja la salida de dólares por argentinos que viajan al exterior, pero al mismo tiempo el ingreso casi nulo de extranjeros a través del circuito oficial. 

Ahora, si bien se pone en marcha una nueva modalidad, el déficit del sector turístico seguirá en crecimiento porque las divisas que entren los extranjeros que pagan por medios electrónicos no pasaran por el mercado de cambios oficial.