En una situación que comenzó en la tarde del último martes y se profundizó este miércoles por la mañana, hubo aglomeraciones y demoras en los centros de atención dispuestos por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para realizar los testeos obligatorios de Covid-19 a turistas y a porteños que regresan al distrito luego de permanecer tres días a más de 150 kilómetros de distancia.

El desborde hizo que muchos no pudieran cumplir con la reglamentación, por lo que se implementó un sistema de turnos que sin embargo no logró evitar numerosas quejas y cuestionamientos a las autoridades porteñas. La normativa comenzó a regir el 1° de diciembre y se puso a prueba a partir del martes, con el regreso del fin de semana largo.

Ante los desbordes, el Ejecutivo porteño resolvió sumar otros dos nuevos espacios para intentar contener la demanda. Así lo anunció el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, en el marco del reporte sobre la situación sanitaria del distrito en el marco de la pandemia de coronavirus que brindó en la sede del Gobierno de la Ciudad, en el barrio porteño de Parque Patricios.

El funcionario salió al cruce de las críticas de los porteños que se toparon con las dificultades para poder cumplir con lo requerido para el reingreso al distrito. “La palabra colapso no se ajusta a lo que ocurrió, está totalmente fuera de rango”, respondió Quirós al ser consultado sobre las quejas y aseguró que “hubo una demora de entre una y dos horas”. Sin embargo, viajeros que llegaron a la ciudad luego del fin de semana largo aseguraron que encontraron los centros cerrados antes de tiempo y que en algunos casos faltaban elementos para realizar los testeos de saliva e incluso personal.

Al respecto, Quirós señaló que a los dos lugares habilitados para la atención de pasajeros que llegan en sus propios vehículos -el Centro de Convenciones y en el Edificio de la Munich (en Costanera Sur)-, se sumaron uno en Callao al 500 y otro en Flores sur, el club San Lorenzo.

Además, remarcó que el testeo “no es indispensable hacerlo al mismo tiempo que ingresan a la ciudad” sino que “pueden hacerlo dentro de las 72 horas”. Sobre este punto, cabe indicar que algunos se quejaron de que les dieron turno para la semana del 21 de diciembre, es decir, totalmente fuera del plazo fijado, por lo que temen ser objeto de multas por un problema de sistema que no es su responsabilidad.

Desde el 1° de diciembre pasado, la firma de una declaración jurada y la realización de un test de saliva son obligatorias para todos los mayores de 12 años que hayan salido de la ciudad por más de tres días y a más de 150 kilómetros. Quirós defendió además esta decisión del gobierno porteño al decir que “le ofrecemos a la ciudadanía que, a la vuelta de ese período de mayor riesgo (por las vacaciones), podamos estar todos con cierto nivel de seguridad de que, al menos una parte de las personas que potencialmente se hubieran contagiado, los pudiéramos detectar precozmente”.