El Senado de la Nación aplicará el Sistema de Control de Presentismo por Datos Biométricos para los empleados de la planta permanente. Aquellos temporarios que dependan de los senadores y que no sean alcanzados por el sistema de módulos, quedarán excluidos.

En el Senado damos inicio a la época de caza de ñoquis”, resaltó la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, en un mensaje publicado en su cuenta de X.

Estará bajo la órbita de la Dirección General de Recursos Humanos, según especifica la resolución que lleva la firma de María Laura Izzo, secretaria Administrativa. 

No obstante, todo el personal deberá registrar su ingreso en el sistema de control de acceso mediante datos biométricos. Por la pandemia, la Secretaría Administrativa había suspendido el requisito reglamentario transitoriamente, que se estableció en 2018.

A finales de abril, Villarruel firmó una resolución para la creación de la Comisión de Análisis de la Dotación (CAD) con el objetivo central de analizar y revisar los recursos humanos del organismo para optimizar los recursos públicos destinados a las diversas áreas.  

Según especificaron en ese momento desde el despacho de la vice, había cuestiones "poco claras" en la estructura de la Cámara alta. La comisión es integrada por Izzo, la prosecretaría de Coordinación Operativa, la Dirección de Recursos Humanos y la Dirección General de Asuntos Jurídicos.

En ese escrito, apuntaron contra el ingreso de personal y su categorización: “Requiere la acreditación de idoneidad y antecedentes que respeten la observancia de los recaudos establecidos por la Constitución; como así también el cumplimiento de los requisitos legales para su incorporación y ascenso, todo ello en una relación de razonabilidad con las misiones, funciones y objetivos de gestión de calidad de la organización”.

“Caza de ñoquis”

Una vez culminado el proceso liderado por Izzo, la CAD emitiría recomendaciones “a los efectos de optimizar la utilización de recursos humanos existentes”. La acción del regreso del presentismo iría en esa dirección. La propia Villarruel lo definió como la "caza de ñoquis".