Los líderes de los países miembros del G-20 solicitaron este domingo, en su declaración final de la cumbre en la ciudad de Roma, la revisión de la política de sobrecargos del Fondo Monetario Internacional ( FMI).

De esta manera, se atendió el reclamo que viene haciendo el Gobierno argentino viene en los últimos meses en distintos foros y en sus negociaciones bilaterales con el organismo de crédito.

Además, recomendaron al organismo de crédito multilateral la creación de un nuevo Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad para proporcionar financiación asequible a largo plazo a los países de ingreso medios y bajos, y pidieron la canalización voluntaria de parte de los Derechos Especiales de Giro (DEG) asignados para ayudar a los países vulnerables.

"Nuestros ministros de Finanzas esperan con interés que se siga debatiendo la política de sobrecargos en el Directorio del FMI en el contexto de la revisión intermedia de los saldos precautorio", reza el comunicado.

Sobre esta línea, se reclama al FMI que "establezca un nuevo Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad para proporcionar financiación asequible a largo plazo para ayudar a los países de ingreso bajo, a los pequeños estados insulares en desarrollo y a los países vulnerables de ingresos medios a reducir los riesgos para la estabilidad de la balanza de pagos futuros, incluidos aquellos derivados de las pandemias y el cambio climático".

Además, se resalta en el comunicado respecto a los Derechos Especiales de Giro trabajar "en opciones para que los miembros con fuertes posiciones externas amplíen significativamente su impacto a través de la canalización voluntaria de parte de los DEG asignados para ayudar a los países vulnerables, de acuerdo con las leyes y regulaciones nacionales".

"Subrayamos la importancia de que los acreedores privados y otros acreedores bilaterales oficiales ofrezcan un tratamiento de la deuda en condiciones al menos igual de favorables, de acuerdo con el principio de comparabilidad de trato", destacaron desde el G-20.

Por su parte, se enfatizó "el compromiso con el fortalecimiento de la resiliencia financiera a largo plazo y el apoyo al crecimiento inclusivo, inclusive mediante la promoción de flujos de capital sostenibles, el desarrollo de los mercados de capital en moneda local y el mantenimiento de una Red de Seguridad Financiera Global fuerte y eficaz, cuyo centro sea un FMI fuerte, basado en cuotas y con recursos adecuados".

En último lugar, en torno a los países afectados por la pandemia del coronavirus, se exigió "utilizar todas las herramientas disponibles por el tiempo necesario para hacer frente a las consecuencias adversas del Covid, en particular para los más afectados, como las mujeres, los jóvenes, los trabajadores informales y de baja calificación, y sobre las desigualdades".

Los países líderes confirmaron de este modo que seguirán trabajando en opciones para que los miembros con fuertes posiciones externas amplíen significativamente su impacto a través de la canalización voluntaria de parte de los DEG asignados para ayudar a los países vulnerables, de acuerdo con las leyes y regulaciones nacionales.

Esto podría significar que los países del G20 devuelvan a las naciones vulnerables US$ 100.000 millones de la suma total de los Derechos Especiales de Giro (DEG) emitidos por el FMI para afrontar la crisis sanitaria, parte de la cantidad global de 650.000 millones de dólares de los DEG emitidos por el FMI.