El Banco Central subió la tasa para los plazos fijos a 81%
La decisión fue adelantada a bancos y entidades financieras. Busca desalentar el vuelco de los inversores hacia el dólar y estimular los depósitos en moneda local.
El directorio del Banco Central definió este jueves un nuevo ajuste en las tasas de interés, en busca de frenar la inflación y también la disparada de las cotizaciones no oficiales del dólar.
Los nuevos tipos de referencia quedaron ubicados en el 81% nominal anual. Ese número se traduce en una tasa efectiva (la que surge de capitalizar mensualmente los intereses devengados) es de 119% anual.
La última vez que la entidad conducida por Miguel Pesce había subido la tasa de referencia fue el 16 de marzo pasado, cuando la elevó al 78% nominal y 113% efectiva.
La medida, esperada por los mercados, se conoció antes de que fuera oficializada. El BCRA les anticipó la decisión a los bancos y entidades financieras que depositan sus excedentes en la entidad reguladora con una remuneración equivalente a la tasa de referencia.
El viernes de la semana pasada, cuando se conoció el dato de inflación de marzo, se juzgó que la diferencia con la suba de precios interanual (104,3%) no ameritaba un nuevo ajuste, ya que dejaba un buen colchón de ganancia que podía estimular los depósitos bancarios en pesos.
Pero el cuadro de situación varió en las últimas horas, después de la formidable disparada del dólar blue, que subió casi un 10% en apenas cuatro días.
El nuevo escalón inflacionario de marzo obligó al BCRA a tomar una decisión porque además las señales a futuro no muestran una desaceleración en la tasa de inflación.
El dato más sensible es que la inflación núcleo de marzo (aquella que despeja de factores estacionales) también mostró un alza de 7,7%, lo que indica que el piso de la suba de precios para los próximos meses también es alto.
Los pro y los contra de la suba de tasas que dispuso el Banco Central
Una suba de las tasas, en teoría, serviría para aplacar la corrida hacia el dólar y para incentivar a los inversores a mantener sus depósitos en moneda local.
Claro que esa decisión tiene una contrapartida: los mayores costos que debe enfrentar el gobierno nacional para financiar su déficit a través de la colocación de títulos públicos. En la licitación del último miércoles, la Secretaría de Finanzas logró recaudar los fondos que necesitaba para cancelar sus vencimientos más inmediatos, pero para ello debió convalidar una tasa de interés del 123% anual.
La insistencia en que tomar cada día más deuda del BCRA mediante mayores tasas pasivas, que producen cada día más Pesos, contendría la inflación; es un error en el que decenas de referentes económicos caen diariamente, aportando niveles de confusión que agravan el problema.(Hilo) pic.twitter.com/pCt5hvcZSE
— Ricardo Inti Alpert (@intialpert) April 20, 2023
La suba también impactaría en el déficit cuasifiscal del Banco Central. La entidad coloca entre los bancos Leliq y pases, títulos con los que retira el excedente de liquidez. Pero esos instrumentos, que ya suman alrededor de 11 billones de pesos, son remunerados según la tasa de referencia. Actualmente le significan al banco algo más de $ 700.000 millones mensuales y la cantidad podría crecer aún más si se ajusta el interés.
El mantenimiento de tasas positivas en términos reales (es decir, que superen la inflación) es también una condición impuesta en el acuerdo entre el Gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
A pesar de todos los perjuicios que genera, incluso en términos productivos (los créditos para financiar la actividad de las empresas también se encarecerán), la creciente inflación y la corrida cambiaria en curso forzaron al Banco Central a tomar la decisión de ajustar las tasas.
Así lo señala un informe de la agencia Portfolio Personal Inversiones (PPI). “El BCRA no tendría más alternativa que subir las tasas de interés con un objetivo dual. Por un lado, evitar la espiralización de la nominalidad, que estimamos tomó una nueva velocidad crucero de al menos 125,2% anualizado. En consecuencia, las tasas en pesos se tornaron muy negativas en términos reales tanto la tasa ex ante como la ex post, siendo un combustible adicional para la inflación”.
“Por otra parte, y derivado de esto último, el BCRA intentaría contener la reciente escalada de los dólares financieros”, detalló el informe.