El dólar oficial y el dólar blue alcanzaron nuevos récords en los últimos días, luego de fuertes subas que podrían tener efectos -en el corto y mediano plazo- en los precios y en diferentes rubros de bienes y servicios, según advirtieron economistas a cronica.com.ar. Pese a la incertidumbre cambiaria hoy se conoció un dato alentador: el consumo se incrementó un 3,2% interanual, de acuerdo a la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC).

El valor de la moneda estadounidense subió 66 centavos este jueves y cerró a $225,21. En el mercado cambiario ilegal, el dólar blue se incrementó $9 hasta llegar a $432. La brecha entre ambas cotizaciones genera una mayor inestabilidad empujando a futuro la inflación -y los precios- y tensionando la actividad económica en el país.

Según los últimos datos del INDEC, en marzo último la inflación fue del 7,7% en todo el país. En base a ese dato y con los recientes saltos en el dólar, los expertos coinciden en que es de esperarse un traslado a los precios, aunque esto no debería ocurrir en el corto plazo.

En la Argentina, donde una importante cantidad de productos son importados al valor de la moneda estadounidense, o mismo parte de su producción (la materia prima, por ejemplo) tiene costos en dólares, cuando este valor de referencia sube, el precio en pesos de los bienes importados también se incrementa.

En este sentido, Damián Di Pace, economista y Director de la Consultora Focus Market adelanta que para los próximos meses las proyecciones no son las mejores, porque hay fundamentos políticos y económicos para que la moneda argentina siga perdiendo valor frente al dólar además de pérdida de poder adquisitivo en el mercado doméstico para lo que resta del año".

“Al aumentar la brecha y sobre todo el contado con liquidación, que es el dólar que utilizan las empresas, aquellos insumos o materias primas que no se puedan estar reponiendo al dólar oficial por la restricción externa y la escasez de dólares que hay en el Banco Central de la República Argentina, para no parar la producción se termina importando al dólar paralelo, en este caso es el contado con liquidación que está cotizando a la orden de los 430 pesos”, detalla el economista y a su vez, advierte: “Por lo cual, termina teniendo incidencia en la variación de precios en la economía doméstica”.

Entre la especulación y el ahorro

En escenarios de alta inflación -como la actual- los precios de referencia desaparecen y los consumidores son víctimas de la especulación. Productores, distribuidores, mayoristas y comerciantes se “defienden” de futuros incrementos en la materia prima, combustibles y servicios implementando aumentos sin control.

Es muy difícil para un productor poder reponer, entonces por las dudas tiene que tratar de comprar más insumos, por las dudas tiene que tratar de producir más y no siempre puede y se arma una cadena para atrás muy importante. Hoy tenemos serias restricciones a la importación que es probable que tengan aún más efectos sobre los precios que la disparada del dólar”, señala Diana Mondino, economista de la Universidad del CEMA (Ucema).

En el medio de la inestabilidad que atraviesan determinados sectores productivos, los argentinos buscan cómo ganarle a la inflación. Quienes aún pueden destinar parte de sus ingresos al ahorro ven en el corto plazo dos caminos: stockearse de productos básicos o apostar al mayor rendimiento posible de sus pesos, optando por los plazos fijos (a una tasa actual del 81%, de acuerdo a la última actualización del Banco Central) y/o abastecerse de unos pocos dólares (si es posible al valor oficial o sino en el mercado ilegal).

Stockearse ante la evolución futura de precio y pérdida de poder adquisitivo de nuestra moneda va a ser el negocio y refugio de valor más grande que tengan los argentinos, tanto en alimentos no perecederos como con la indumentaria", remarca Di Pace.

Respecto a este último rubro -uno de los que registra mayores incrementos en el último año- el experto aclara: "Los precios de indumentaria invernal ya están formados, porque se determinaron en el verano, cuando en muchos casos también hubo restricción y falta de acceso a insumos o materias primas básicas para la confección. O sea que los precios de temporada verano ya tienen un piso muy alto justamente por este fenómeno. A partir de ahí van a seguir avanzando en relación a la reposición de stock de la venta otoñal e invernal en esta temporada”, explica el analista económico.

Sube el dólar y también el consumo

Pese al contexto inflacionario y la incertidumbre cambiaria, el consumo no se vio afectado, sino todo lo contrario. En marzo último, el Indicador de Consumo (IC) de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios mostró un avance de 3,2% en la comparación interanual, con un crecimiento desestacionalizado de 1,6% frente al mes de febrero (es decir, descontando los efectos estacionales habituales del consumo a lo largo del año).

En este sentido, las tasas de crecimiento de dos dígitos vistas durante gran parte del año pasado parecerían haber quedado atrás, continuando hasta el día de hoy con una desaceleración progresiva que le quita dinamismo al consumo”, señalaron desde el CAC.