El presidente Alberto Fernández aseguró que "nadie puede verse sorprendido" por su apoyo a la Interrupción Voluntaria del Embarazo, recordó que es jefe de un Estado en el que coexisten varias religiones y se definió como "un católico que no cree que el aborto es un delito" en las primeras semanas del embarazo.

Así lo planteó el mandatario durante una entrevista con el canal de noticias C5N, en la que dijo también que su apoyo a la legalización del aborto en las primeras semanas de gestación no cambia su relación con el papa Francisco, porque siempre fue franco con él.

"Nadie puede verse sorprendido porque yo hice campaña con esta idea", dijo en referencia al envío del proyecto de ley de interrupción del embarazo al Congreso, que hoy lo está debatiendo en la cámara baja.

"Quise que antes que termine el año se de en la Argentina este debate que básicamente lo que intenta es resolver un problema de salud pública", dijo el mandatario respecto al proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que se estima que a la madrugada estará votando la cámara de diputados.

"No hay que dividir a la Argentina por sus convicciones religiosas, no tiene ningún sentido seguir negando la existencia del aborto. Hay una hipocresía contra la que yo me rebelo", planteó.

Agregó que lo que intenta es "darle la posibilidad a una mujer que en determinadas circunstancias, en modo temprano, pueda hacer un aborto" y dejó claro que "si se practica en los primeros tiempos del embarazo, no hay delito".

Además, dijo, el proyecto de ley busca "garantizar que la salud pública atienda" a esa mujer y recordó que ahora "el embarazo no necesita de intervención quirúrgica" porque el médico lo que hace es "suministrar una orden para un medicamento para que tome".