Un caso similar al de Chano en Mar del Plata. Ocurrió esta madrugada en Monte Terrabusi, luego de que un hombre con esquizofrenia tuviera una crisis y su mamá pidiera asistencia de una ambulancia. La mujer de 67 años, que perdió parte de un dedo durante los incidentes, aseguró que su hijo no recibe atención profesional desde que comenzó la pandemia.

Todo comenzó este lunes poco después de las nueve de la noche, cuando la familia de un hombre de 47 años que padece esquizofrenia, notó los primeros indicios de lo que iba a derivar en un brote psicótico y llamó a sus otros hijos para que la ayudaran. No era la primera vez que ocurría y su mamá, que está a cargo de él, lo veía venir.

“Cuando puedo, le compro las pastillas y se las metemos en un vaso de gaseosa, pero todo es muy difícil para nosotros”, contó este martes María Luisa Torres a 0223.

La situación se complicó, el hombre tomó un cuchillo y sus familiares temían que les hiciera daño a ellos o a sí mismo. La mamá llamó a la policía para pedir que enviaran una ambulancia y el paciente fuera internado.

Asustado por la fuerte presencia policial frente a la pequeña casa, se escapó del lugar y al regresar fue reducido a tiros.

En el lugar se hicieron presentes efectivos del destacamento Acantilados y de la comisaría decimotercera, que buscaban trasladar al hombre a una clínica psiquiátrica, tal como lo había ordenado el Juzgado de Familia N°5. En ese marco, indicaron, se produjo un enfrentamiento con los familiares y vecinos del paciente, que incluyó disparos de postas de goma para intentar disuadirlos. Una mujer policía sufrió  un corte en el cuero cabelludo y hubo roturas de los vidrios de tres patrulleros.

Oscar Aguirre, hermano del hombre que padece esquizofrenia, aseguró que la policía los atacó sin contemplar que en el medio se encontraba una persona que atravesaba una crisis y necesitaba asistencia médica.

Aparecieron 15 patrulleros, como si fuéramos narcotraficantes y empezaron a disparar”, contó Aguirre a este medio. En consecuencia, reconoció, comenzaron a arrojar piedras hacia los uniformados, que siguieron disparando. Oscar juntó al menos 15 cartuchos de postas de gomas alrededor de la casa de su mamá.

Cinco personas resultaron lesionadas: el paciente psiquiátrico, su madre, dos hermanos y un sobrino de 19 años, que quedó internado en el Hospital Interzonal con heridas en el tórax y una rodilla.

La madre fue herida en la mano

A María Luisa, uno de los postazos le arrancó parte de un dedo y sus hijos también sufrieron heridas en las manos y otras partes del cuerpo. “Me pegaron en la mano mientras me cubría la cara, nos podrían haber matado”, afirmó la mujer que, tras ser atendida en el Higa, regresó a su hogar. Tiene previsto presentarse ante la Fiscalía para denunciar lo que, a su criterio, fue un caso de gatillo fácil. 

“Mi hijo necesita ayuda de un médico, no que le disparen”, dijo María Luisa, que perdió parte del dedo mayor de su mano derecha. “Trabajé toda mi vida en huertas, estoy jubilada y ahora, con la mano así, no puedo hacer nada”, advirtió.

Así muestra sus heridas uno de las familiares del joven.