Máximo Thomsen, considerado autor material del crimen de Fernando Báez Sosa, le pidió a su nuevo abogado volver a declarar para dar su versión de los hechos, luego de la decisión de la Cámara de Casación, que ratificó recientemente las penas contra la banda de rugbiers condenados en el juicio.

Según trascendió, en su pedido, el joven manifestó sus intenciones de revelar "cosas que nunca dijo" sobre la noche en la que la víctima fue asesinada a golpes a la salida de un boliche de la ciudad balnearia de Villa Gesell.

Thomsen, quien fue sentenciado a prisión perpetua por el homicidio del estudiante de abogacía, cambió de estrategia, tras romperse el pacto de silencio, que se mantuvo durante cuatro años.

Su postura va en sintonía con la que eligió su primo Matías Benicelli, quien señaló al abogado Hugo Tomei como el culpable de que ellos fueran "persuadidos" para designarlo para su defensa técnica "a fin de no entorpecer la defensa de otros coimputados".

En este sentido, Benicelli, que también fue condenado con la pena máxima, señaló que quien fuera su abogado defensor durante todo el proceso "impuso una estrategia" en contra de la voluntad de algunos de los acusados, quienes deseaban dar su versión de los hechos ante los jueces y la prensa.

Tanto Benicelli como Thomsen decidieron cambiar de abogado y tratar de revertir el fallo judicial en su contra. En el caso del joven que se desempeñaba como jugador del Club Atlético San Isidro (CASI), su nuevo representante es Francisco Oneto, excandidato a vicegobernador bonaerense de La Libertad Avanza, cuando acompañó a Carolina Píparo en la fórmula en las elecciones 2023.

Tras ser designado, Oneto declaró: "La intencionalidad de él no era que esto termine en la muerte de nadie. Le dije que no podía garantizarle resultados, pero sí le conté cómo vamos a emplear las herramientas del derecho para mejorar su situación procesal".

Además, el letrado contó su estrategia para Thomsen: "Lo que buscaré explicarle a la Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires es que Casación incurre en un error, porque pone la diferencia entre los homicidios en agresión y los dolosos en la imposibilidad de individualizar al agresor o al que comete el homicidio”.

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