Se fueron a vivir a Barcelona para tener una vida mejor: ¿Quién es el argentino que mató a su ex delante de la hija de ambos y se suicidó?
Adrián Zanoni asesinó a Antonella Orihuela, calcinó el cuerpo y luego se mató. La familia busca recuperar a la nena de un año y nueve meses que quedó bajo tutela en la ciudad española.
El jueves que Adrián Zanoni asesinó a su ex esposa Antonella Orihuela, ambos argentinos, en su casa de Terrassa, en Barcelona, él había conversado por WhatsApp con su ex cuñado en Argentina asegurándole que "estaban bien y tranquilos". Incluso envío una foto junto su hija, de un año y nueve meses, que lo estaba acompañando.
La familia de la joven de 30 años nunca imaginó el horror detrás de ese intercambio: el hombre de 36 había matado a su ex pareja, calcinó el cuerpo en un descampado y se ahorcó, todo delante de la nena.
Mientras afrontan el dolor y la conmoción, los Orihuela buscaban viajar a España y recuperar a la beba, que quedó huérfana y aislada por dar positivo por coronavirus, bajo la tutela de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) de la Generalitat.
La pareja vivía desde hace cuatro años en la comunidad de Terrassa, en el municipio de Barcelona, en Cataluña. Se habían conocido en la Argentina en 2011 y cuatro años después, Adrián consiguió un trabajo en España como analista de sistemas. El único requisito era aprender catalán y así lo hizo en un curso acelerado de un año, por lo que se mudó en 2016.
En los primeros meses de 2017, se casaron en un registro civil porteño. Al terminar sus estudios como enfermera y extraccionista de sangre, Antonella viajó hacia Europa para radicarse definitivamente con su marido, con quien tuvieron una hija.
"Para nosotros, él era lo mejor que le pasó a mi hermana porque le dio la posibilidad de tener una vida mejor en España y formalizar una familia allá", contó Ezequiel Orihuela, uno de los hermanos de Aby, como le decían a Antonella en su casa de la localidad bonaerense de Longchamps, en Almirante Brown, zona sur del conurbano.
Aseguró a cronica.com.ar que Adrián era "como un hermano" y que, en los 11 años de pareja, "nunca" vieron "algún acto de violencia ni que él le faltó el respeto".
Esa situación cambió completamente desde marzo pasado cuando un accidente doméstico con la beba desencadenó agresiones verbales y situaciones de violencia de género por parte de Adrián contra Antonella, que lo denunció en un juzgado de violencia sobre la mujer de Terrassa y estaban divorciándose, contó su familia.
"Adrián le decía que era una mala madre, entre otros insultos y agravios", detalló Ezequiel. También solía comparar a su ex pareja con su madre, con quien tenía muy mala relación por matratos que sufrió por parte de ella durante la niñez, según pudo conocer este medio.
Pese al calvario que sufría Antonella con su ex marido, ambos convivían en la misma casa porque la Justicia española los obligaba a compartir la custodia de la nena en el domicilio. Allí estaban aislados hasta el día del femicidio porque habían dado positivo por coronavirus.
Sus familias en Argentina se enteraron del crimen días más tarde a través de una historia de Instagram que vio el hermano de Antonella en el perfil de una de sus amigas en España.
Aquellos datos que tienen son reportes de medios españoles, que registraron este viernes el hallazgo del cuerpo de la joven, completamente calcinado, en una zona de matorrales junto a una ruta, en Sant Vicenç de Castellet, a 50 kilómetros de Barcelona.
Reconstruyeron que Adrián fue quien la mató y subió el cuerpo a un auto. Manejó con maniobras peligrosas, con intención de volcar el vehículo y simular el femicidio por un accidente de tránsito, pero no lo logró. Por eso, dejó el cadáver en un descampado, lo prendió fuego y luego se ahorcó dentro del auto, que estaba estacionado a escasos diez metros donde hallaron los restos de Antonella.
Testigos llamaron a la policía y a los bomberos, que encontraron en el asiento trasero a la beba ilesa. Los Orihuela lograron comunicarse con la psicóloga que acompaña a la nena y tuvieron reuniones con el cónsul, con intención de ir a buscarla.
La inquietud de la familia es la demora en los trámites, que puede ser entre quince días hasta tres meses. "Ella está sola. Es posible que ella haya visto cómo murió mi hermana y su padre. Nosotros no sabemos si él la mató a golpes o si la asfixió, pero mi sobrina sí. Toda la contención que se puede dar tiene que ser lo antes posible", expresó su tío.
Además de su familia materna, la nena tiene a su abuelo y un tío paterno. En ese sentido, Ezequiel explicó: "Al quedar mi sobrina con vida, somos los únicos familiares directos que ella tiene, con excepción de su abuelo paterno, que nos dijo que no tiene inconvenientes en darnos la tutela de ella porque él es un hombre mayor".
Por M.B.