Robo de porteros eléctricos: un delito que crece a la par del aumento del precio del bronce
El último tiempo, consorcios ubicados en distintos barrios reportaron un incremento exponencial de los casos. cronica.com.ar habló sobre el tema con administradores y especialistas en Seguridad.
Otra vez, la secuencia se repite. Los vecinos de un edificio situado en Belgrano, al salir a la calle, advierten la ausencia del portero eléctrico de bronce, pero ya no se sorprenden. Un edificio de enfrente, dos meses atrás, ya había sido víctima del mismo acto se vandalismo. Es que el último tiempo, este delito, transversal a todos los barrios de la Ciudad de Buenos Aires, aumentó exponencialmente, ya que detrás de esta modalidad delictiva hay un negocio basado en la reventa de bronce, uno de los materiales más demandados.
En esa línea, Martín Durán, especialista en Seguridad, en diálogo con cronica.com.ar, remarcó que "se trata de un delito que va en aumento", porque el precio de los metales, como es el caso del bronce, "no paran de subir", ya que luego se "reutilizan para fabricar otros elementos como soldaduras". En ese contexto, es que los porteros eléctricos, corren la misma suerte que los picaportes, o las placas de los monumentos del Cementerio de la Chacarita.
"Lo sacan, lo llevan a la casa, lo funden y después lo venden como si fuera un lingote, o en su defecto lo golpean, lo disimulan, sino cae la policía en los centros de acopio", sostuvo.
Además, puntualizó que entre marzo y abril pasado, el kilo de bronce estaba 2.200 pesos, de manera que calculó que actualmente oscila alrededor de los 3.000 pesos.
"Por ahí sacan unos de esos manijones pesados, y se hacen de 10 mil pesos de una", explicó Durán, quien agregó: "No les cuesta ganarlo, y es fácil de venderlo". A su vez, puntualizó que lo mismo ocurre con el cobre, que es el material más demandado, razón por la que kilómetros de cables son robados.
Cómo es el modus operandi de los "roba porteros eléctricos"
Fernando Martínez, administrador de consorcios de 26 edificios situados en Capital Federal, habló con cronica.com.ar y sostuvo que "en seis consorcios de los que administra" fueron víctimas de este método delictivo, que implica un gasto para la administración, pero que para los autores del delito, no implica siquiera riesgo ya que es "excarcelable".
Es un delito muy "sencillo" de realizar, por eso les es redituable por el mínimo riesgo que les implica cometerlo. Es que el tiempo estimado para extraer un portero eléctrico es entre "cinco y diez minutos". "Se los llevan cuando no los ve nadie, al otro día aparecen todos los cables colgando", contó Martínez. Para ello, hacen fuerza desde un lateral con un destornillador hasta que lo levantan, y lo sacan. Incluso, ni siquiera es necesario que lo saquen entero, porque después lo venden fundido.
Además, se trata de una práctica delictiva invisibilizada que no presenta "estadísticas", ya que el administrador afirmó que estos hurtos ni siquiera son denunciados. De manera que no hay un registro o un mapa del delito elaborado respecto a esta problemática que solo complica a la ciudadanía. "No tiene sentido. Hacerla y no hacerla es lo mismo", remarcó el administrador.
En esa línea, Martínez, aseguró que "hace un año" comenzaron a advertirse este tipo de ílicitos, pero que el último tiempo, sin lugar a dudas, "se vieron con mayor frecuencia".
"Se duplica y triplica porque se dan cuenta que no pasa nada, entran, y al otro día salen, es recurrente, y no les importa porque ganan más con esto, que con comerse un día de cárcel. Hoy por hoy, tienen más miedo que los agarre un grupo de gente que la policía", sentenció.
Martínez tiene los hurtos contados. Entre el año pasado y este, robaron seis porteros eléctricos. Varios de los edificios atacados están situados en los barrios porteños de Belgrano y Chacarita. También en Villa Urquiza donde, de un día para otro, las puertas aparecieron sin los manijones de bronce. "Esto lo están sufriendo todos los consorcios", expresó, en diálogo con este medio.
Valeria Ramundo, administradora de 20 edificios en Capital Federal, habló sobre la misma problemática con cronica.com.ar y aseguró que en los barrios de Belgrano, Saavedra, Núñez, y Colegiales, también se replica de manera imparable este tipo de delitos, en los que no solo se llevan los frentes de los porteros eléctricos, sino también, el frente de los buzones, las manijas de las puertas, y los picaportes. Según mencionó, en el último año, "se llevaron cuatro frentes de porteros eléctricos y algunos con intentos". Por lo que ella realizó la denuncia a la compañia de seguro.
"La verdad que se genera un gran inconveniente que además es costoso, porque desinstalan el cableado, sumada a la colocación del frente de portero eléctrico, que muchas veces los insumos tampoco se consiguen", puntualizó Ramundo.
Este fenómeno delictivo, como consecuencia, da lugar a otro fenómeno: es que las administraciones de los edificios optan por reemplazar los porteros eléctricos de bronce, por sistemas hechos a base de chapa, "que no los roban, por ahora", aseguró Martínez. "La calidad cambia totalmente, pero no se puede hacer otra cosa", subrayó.
Además, cabe destacar que cada portero eléctrico tiene un costo que oscila entre los 150 y 200 mil pesos, "según la cantidad de unidades", puntualizó. Costo del que se hace cargo el consorcio, porque el seguro no lo cubre.
En ese contexto, el experto en Seguridad, relató la "complicación" y la "complejidad" que envuelve la colocación de otro sistema. "Es que muchas veces, al ser un portero de bronce, de la década de los 70, 80, 90, no pueden ser reemplazados de forma tan sencilla, de manera que hay que hacer toda una adaptación, y un cambio de cableados que significa un dolor de cabeza para los vecinos. Y ni hablar del factor económico", destacó.
De acuerdo a los calculos de Martínez, hoy por hoy "solo deben quedar tres consorcios, de los que administra, con porteros eléctricos de bronce".