Lo que parecía un trágico accidente podría tratarse de un homicidio tras el giro que dio la investigación por la muerte de Rosendo José Ocampos (33) y su hijo Alexander José (8) en el incendio de su casa en la localidad misionera de Leandro N. Alem. Una mujer (30), novia de la mayor de las víctimas, confesó que quiso darle "un susto" al prender fuego la vivienda.

Ocampos y su hijo murieron calcinados este domingo cuando quedaron atrapados en medio de las llamas que avanzaron sobre su casa, ubicada en avenida Camba Cuá y Campichuelo, en esa localidad ubicada a unos 90 kilómetros al sureste de Posadas.

Los Bomberos de la Policía de Misiones lograron controlar el fuego y tras una recorrida, encontraron los cuerpos del hombre y su hijo. El fuego también arrasó con otra propiedad, ubicada atrás de la de Ocampos, donde vivía su hermana con sus tres hijos. 

El presunto accidente despertó la solidaridad de la comunidad de Alem, que recolectó donaciones para ayudar a los familiares de Ocampos que sobrevivieron; mientras que un grupo de personas, entre ellos amigos y familiares de la novia de la víctima, Yésica Anahí Lishnivez, brindaron una declaración que cambió la dirección de la investigación.

Testigos apuntaron que la mujer les habría confesado que prendió fuego la puerta de la propiedad con un trozo de gomaespuma para "darle un susto" a la víctima, generar algún daño y así obligarlo a que fuera a pasar la noche con ella.

Trascendió a la prensa local que ella habría tenido una relación personal conflictiva con Ocampos y contaría con antecedentes de haber querido dañar la vivienda de una ex pareja.

Además, el entorno de la acusada declaró que habría sufrido violencia de género.

Lishnivez quedó detenida y fue alojada en la noche de este miércoles en sede policial de Alem, a disposición del Juzgado de Instrucción N° 5. 

En su casa, en el barrio Kubovy, la policía secuestró un bidón con combustible, goma espuma y un teléfono celular, objetos que serán peritados por los investigadores. También incautaron prendas de vestir que pudieran tener restos de combustible.