El Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) se mantiene en estado de alerta ante el riesgo de que al menos uno de los rugbiers condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa tenga la intención de quitarse la vida dentro de la Alcaldía de Melchor Romero.

Es que las autoridades advirtieron sobre el estado de salud de los jóvenes oriundos de Zárate y el temor ante la posibilidad de un suicidio, que comenzó luego de una requisa donde secuestraron un elemento clave para sus vidas diarias en la cárcel: los celulares.

Según reconstruyó Noticias Argentinas, uno de los rugbiers dijo: “Nos sacaron los celulares que usábamos para hablar con nuestras familias. Hablar con ellos era lo único que nos mantenía vivos”.

El malestar sería general entre los ocho presos, aunque los más afectados serían Maximo Thomsen y Enzo Comelli,  habrían requerido asistencia psicológica en varias oportunidades.

Según trascendió en las últimas horas, el SPB pidió que Thomsen sea separado de las celdas a partir de un conflicto con otros integrantes del grupo.

Las autoridades comunicaron que están vigilados bajo "una medida de resguardo de integridad física por miedo a que se lastimen ellos mismos por la depresión que padecen".

Vale mencionar que descartaron peleas a golpes de puño por parte de los ocho rugbiers, por lo que se estaría evaluando la posibilidad de que sean trasladados todos juntos a la Unidad 57 de Campana y que los reclusos estén más cerca de su entorno familiar.

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