El Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) encendió las alarmas por algunos de los ocho rugbiers condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa, a raíz de la "depresión que padecen" por la condena, y hasta no descartaron la posibilidad de que "alguno pueda suicidarse”, manifestaron desde la Alcaldía de Melchor Romero donde están alojados.

Luego de conocerse la condena de los ocho rugbiers involucrados en el crimen, Maximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Luciano y Ciro Pertossi recibieron la condena a prisión perpetua por cometer el delito de "homicidio doblemente agravado". Por otra parte, Lucas Pertossi, Ayrton Viollaz y Blas Cinalli, recibieron la pena de 15 años en prisión por "participación secundaria".

Conocida la sentencia el pasado lunes 6 de febrero, todos los condenados fueron trasladados a la Alcaidía 3 del penal de la localidad platense de Melchor Romero. Una semana después del fallo, se conocieron datos de que el SPB pidió que Thomsen sea separado de las celdas a partir de un conflicto con otros integrantes del grupo.

Los ocho rugbiers ingresando por primera vez en la Alcaldía de Melchor Romero.

Lo cierto es que en las últimas horas se conoció un testimonio de una fuente carcelaria a la agencia Noticias Argentinas, donde se encendieron las alarmas por el estado de salud mental de dos rugbiers en especial, y que cualquier inestabilidad psicológica y emocional pondría en riesgo su vida.

Crimen de Fernando Báez Sosa: los rugbiers que son "vigilados" para evitar un posible suicidio

Se trata de Máximo Thomsen, Ciro y Luciano Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli, quienes justamente recibieron la condena más dura a complir la condena a prisión perpetua. Las autoridades del SPB comunicaron que están vigilados bajo "una medida de resguardo de integridad física por miedo a que se lastimen ellos mismos por la depresión que padecen".

Sin embargo, dicha fuente del SPB señaló que “hay temor de que alguno pueda suicidarse”, por la sentencia tiene un máximo de 35 años de condena. "Ellos estaban mal antes del juicio, imaginate ahora ya condenados de esta manera", ratificaron.

Uno de los indicios que encendió las alarmas en el servicio penitenciario se relaciona con el hecho que sucedió días atrás, con el secuestro de los teléfonos celulares de Cinalli y Comelli, por el uso de las redes sociales, algo que está prohibido en la correccional. "Nos sacaron los celulares que usábamos para hablar con nuestras familias. Hablar con ellos era lo único que nos mantenía vivos", advirtieron los rugbiers.

Vale mencionar que desde el SPB descartaron peleas a golpes de puño por parte de los ocho rugbiers, por lo que se estaría evaluando la posibilidad de que sean trasladados todos juntos a la Unidad 57 de Campana y que los reclusos estén más cerca de su entorno familiar.