Belén Orona vivió  más de 18 años el acoso, abuso y violencia de parte por parte de su pareja y padre de sus seis hijos, Eduardo Brumat. En septiembre del año pasado, logró superar el temor y presentó una denuncia en su contra y aunque le otorgaron una petimetral el calvario no terminó.

"El 17 de octubre golpeó a mi hijo. Decía que quería plata para comprarse remedios, poeque es paciente oncologico. Le revoleó la plancha y lo golpeó", contó en Orona en diálogo con Crónica.com.ar

En ese momento, activó el botón antipánico y cuando llegó la policía, él se negó a abandonar el domicilio del barrio de Santa Marta en Lomas de Zamora. En ese terreno hay tres edificaciones: adelante vive la madre del agresor, en el medio está la vivienda familiar y atrás vive la hermana de Brumat.

"Dejaron que se quede en la casa de atrás sin que tenga contacto conmigo, pero nunca lo cumplió", afirmó Belén. Al activarse el dispositivo, llegó un móvil policial y como se negó a fijar otro domicilio pasó la noche detenido en la comisaría 9 de Parque Barón por rebeldía.

En la causa interviene la UFIJ 16 especializada en Violencia de Género y Violencia Familiar de Lomas de Zamora. Tras ese hecho, se extendió la perimetral a 10 cuadras y al botón antipánico se le sumó una tobillera de vigilancia para el denunciado.

Para ese entonces Belén ya era asesorada y atendida pore el Hogar Fátima Catán, que alberga a las mujeres víctimas de violencia de género que no cuentan con un lugar seguro para alojarse. Además, ofrece contención integral y asesoramiento por parte de psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y abogados.

Luego, Brumat consiguió vivir en una iglesia en la localidad de Temperley, pero rápidamente lo echaron por mal comportamiento. Fue entonces que se mudó a una vivienda que queda a seis cuadras de los padres y de uno de los trabajos de su ex pareja. 

Pero los actos de acosos y violencia no cesaron nunca y cuando no podía acercarse a su ex la hostigaba por las redes sociales.

"Después la madre lo trajo a la casa de al lado para que viva con un hermano.Tuve que salir como una rata de mi hogar porque él estaba en el domicilio de al lado", narró Belén.

Pero una vez más se activó el dispositivo yquedó aprehendido hasta el 22 de diciembre. "La familia pagó una fianza, se endeudaron para poder sacarlo y cuando me enteré que estaba por todos lados buscándome", subrayó.

Pero el hecho que mayor preocupación generó en Belén, sus hijos y sus allegados ocurrió el pasado sábado. Ese día mientas estaba en la casa de sus padres la contactaron del dispositivo porque su ex estaba deambulando por el domicilio familiar. "Mas tarde, me llamaron sus padres y me dijeron que no vuelva porque él estaba ahí", agregó.

"Llamé a la policía y me indicaron que si tenía con quien volver, que regresara y que mandaban un móvil. Ya eran las tres de la mañana del domingo y mis hijos tenían que dormir. El hermano se lo llevó, pero se tiró con el auto en movimiento y regresó. Supuestamente la madre llamó al patrullero, pero nunca vino", narró la mujer.

Momentos después, saltó la reja, y como su madre y hermano no lograron contenerlo, llegó hasta la casa familiar. "Rompió mi ventana, mientras estaba hablando con el dispositivo, no sé ni cómo grabé todo. Estaba tratando de comunicarme con la comisaría para que manden a la patrulla".

El el audio se puede escuchar a Belén hablando con el dispositivo cuando irrumpe en escena el agresor. "Ahí viene", advierte uno de los hijos. "Papi pará", se escucha decir a una de sus hijas antes de escucharse el vidrio romperse.

"´'Andaté, no te importa tu familia", le dice su hijo y responde: No me importa nada, voy a matarlos con lo vidrios'", se escucha en el audio de WhatsApp que las amigas de Orona viralizaron

"Yo padecí 18 años de violencia de todo tipo. Nunca pedí ayuda por miedo. Siempre dije dónde me voy a ir, tengo tres hijos. Era lo que él me metió en la cabeza: ¿quién me iba a creer a mi después de tanto tiempo", afirmó la mujer.

El agresor atacó a uno de sus hijos el año pasado.

Pero las malas noticias no terminaron con la detención de Brumar. Cuando la familia de él se enteró que el caso había cobrado trascendencia en las redes, le dijeron a Belén que borre todo y que tenía un mes para abandonar la casa.

"No tengo a dónde irme. Trabajo dos días a la semana, me ayuda la asignación de mis hijos que están por empezar el colegio y ni siquiera le pude comprar útiles porque a veces no me alcanza para la comida. Si yo tuviera donde irme, ya me hubiese ido", subrayó Belén.

Su hijo de 18 años tiene mucho miedo. Y su nena de 4 comenzó a hacerse pis continuamente. "Era algo que ya había logrado controlar y ahora se depierta en el medio de la noche", contó Orona.

"Yo lo que menos quería es que se haga público, pero están pasando tantas cosas...  siempre veíamos casos así en la tele y el los justificaba", agregó entre lágrimas

"Yo confió en que no lo van a soltar porque no respetó nada. Ese día cuando lo sacaban dejo que iba a volver con un fierro y que me iba a matar", concluyó.