Por lo menos seis aprehendidos, fue el saldo que dejaron los múltiples allanamientos que se realizaron en Rosario, en el marco de las investigaciones que se desarrollan por los crímenes que conmocionaron a la ciudad, durante la primera semana de marzo. 

Desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) como desde el gobierno provincial, informaron que se trata de 30 los procedimientos que se desplegaron en distintos lugares de la ciudad santafesina a partir de una investigación llevada a cabo por la Policía de Investigaciones (PDI). A partir de estos operativos se busca evidencia sobre los autores de los homicidios de los dos taxistas, Héctor Figueroa y Diego Celentano, del colectivero Marcos Daloia y del playero Bruno Bussanich, que causaron conmoción en Rosario.

Además, también tienen que ver con hechos de balacera a la Comisaría 12 y abuso de arma en un colectivo de la línea 122.

"30 allanamientos en Rosario con resultados importantes por causas de terrorismo. Quiero destacar el profesionalismo de nuestra policía y el compromiso de los fiscales", destacó el gobernador Maximiliano Pullaro en la red social X.

Los procedimientos fueron ordenados por los fiscales Patricio Saldutti, y Adrián Spelta de la Unidad de homicidios dolosos; Franco Carbone del equipo para el abordaje de delitos cometidos con armas de fuego; Luis Schiappa Pietra y Marisol Fabbro, de la agencia de criminalidad organizada y Fernando Dalmau de la unidad de investigación y juicio.

Como resultado de los allanamientos, seis personas resultaron aprehendidas, algunas de ellas menores de edad.

Además, se secuestró material de interés para las causas.

El primer asesinato fue el del taxista Héctor Raúl Figueroa, de 43 años, que fue encontrado con al menos 16 heridas de arma de fuego en la cabeza, cuello y tórax. El crimen ocurrió en la noche del martes 5 de marzo, en Flammarion al 5100. 

El segundo trabajador fue Diego Alejandro Celentano, de 33 años, asesinado el miércoles 6 de marzo por la noche en Alvear y Garmendia.

El colectivero Marcos Daloia fue baleado en la cabeza al día siguiente, el jueves 7 de marzo, cuando estaba tras el volante de un colectivo de la línea K en Mendoza y Méjico.

Tras sufrir un paro cardíaco, los trabajos médicos lograron reanimarlo pero murió en ese centro de salud tres días después.

En tanto el pasado sábado 9 de marzo se registró el cuarto asesinato de la saga Bruno Bussanich, de 25 años, un joven empleado de la estación de servicio Puma ubicada en Mendoza al 7600, quien fue ejecutado a balazos antes de la medianoche cuando estaba en su puesto de trabajo. Un menor de 15 años fue detenido como el autor material de los disparos que terminaron con la vida de Bussanich.

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