Hace una semana en la iglesia Sagrado Corazón de Jesús de General Alvear, provincia de Mendoza, un ladrón robó el equipo de sonido del templo. Pero, ya desde hace tiempo, lugares que deberían ser sagrados para algunos no lo son y se debieron tomar medidas de seguridad como poner cámaras, que en este caso había.

El sacerdote Horacio Valdivia, a cargo de la iglesia, vio las imágenes y difundió un video con un relato sobre lo ocurrido, que se viraló en redes sociales. Poco después, a través de un tercero, el delincuente devolvió lo que se había llevado.

En junio un hecho delictivo impactó a la comunidad de Ata Gracia en Córdoba. Delincuentes armados irrumpieron en un seminario católico y robaron a los párrocos allí presentes.

Pero no es algo que solo suceda en el país, por poner un ejemlo cercano en el tiempo en mayo ladrones robaron un tabernáculo valuado 2 millones de dólares de una iglesia católica en Brooklyn, Estados Unidos, y las estatuas de ángeles que flanqueaban el altar fueron decapitadas en el proces.

Este tabernáculo de oro de 18 quilates, valorado en US$ 2 millones, fue robado de la Iglesia Católica Romana St. Augustine en Brooklyn, Nueva York

Según las autoridades, los delincuentes utilizaron herramientas eléctricas para "cortar a la fuerza" el altar y acceder al tabernáculo de oro de 18 quilates

La Diócesis de Brooklyn ofrece una recompensa de 50,000 dólares para quien dé información precisa de los delincuentes. No hay pistas sobre el o los ladrones.

Lo que se pude ver es que estos asaltos a las iglesias van desde pungistas a bandas muy sofisticadas depende cúal sea el objetivo a robar. 

"El pico de los robos en las iglesias en nuetro país fue en las decadasde 60 y 70, que se robaron 100 piezas,  hasya sillones del siglo XVIII", dice a Cronica.com.ar el licenciado en Seguridad Luis Vicat. 

"En el caso de Mendoza el delincuente no se dio cuenta que estaba siendo filmado por las cámaras de seguridad que hoy  muchas iglesias tienen, de hecho se tomó todo su tiempo para hacerlos. En Luján un hombre de 70 año robó un mate expuesto en una vitrina, fueron los mismos fieles los que lo vieron e hicieron que devuelva lo robado", recuerda Vicat.

"Se han robado piezas de arte colonial,  sobre todo en el norte de nuesto país. Pero también cáliz, manteles, alfombras de boda y hasta el timbre de los iglesias", señala y agrega: "las estaciones del calvario son muy buscadas por los coleccionistas, esos robos son en general por encargo".

"La guerra impía, es decir que no demuestra ninguna devoción religiosa o ningún respeto por las cuestiones religiosas, es histórica en la seguridad eclesiástica, que ha sufrido algunos robos son muy audaces", sostiene Vicat.

De una iglesia de Lanús, se llevaron por la puerta la imagen de San Jorge. El cura en su momento repartió 100 mil volantes,  pero nunca se recuperó.

"Hay varios tipos de delitos en los lugares de culto, en este caso católico,  algunos son los robos de elementos porque existe un mercado, tráfico de obras de arte como caliz antiguos, biblias incunables, estás redes redes que nada tiene que envidarle al narcotráfico", explica el especialista en Seguridad.

"Alguna vez se recuperan de manera inesperada", dice. Una escultura de San Nicolás apareció en una casa antigüedades en San Telmo que la habia comparado de buena fe. Interpol cuenta con un registro de las piezas de valor robadas  que se encuentran publicadas www.interpol.gov.ar.

"Habitualmente es pillaje  Se roban lo que tienen a mano. A difrencia de las bandas que roban obras de arte que son sosfisticadas y organizadas. Aunque a veces han robado piezas importantes", dice a Cronica.com.ar un investigador. También están quienes funden estos objetos sagrados que son de oro, plata o bronce y luego los venden.  

"Está el delincuente de poca monta, que trata de ubicar lo robado sin saber lo que vale. Y está el conocedor, que  contrata a alguien para hacerlo, y lo puede guardar durante años. Luego la saca a subasta cuando ya nadie se acuerda. Claro no son piezas muy conocidas", explica Vicat. 

"Están las grandes organizaciones internacionales, en este caso obras que roban no resultan de fácil colocación. La venden a alguien que la esconde y el valor baja. A veces hasta se pide rescate", agrega Vicat.

"La idea que Dios atiende las 24 horas parece haberse esfumado, por los vandalismos y robos las iglesias tienen horario de aperttura y medidas de seguridad. Luego del cierre de puertas a veces son zonas de alto riesgo porque suelen tener escaleras, parques donde se pueden juntar los ladrones", dice y resalta los robos menores "muchos hurtos son en plena misa, cuando al gente se arrodilla a rezar y dejan su maletín por ejemplo, o en el momento de la comunión. También los punguistas aprovechan las procesiones donde se acumula mucha  gente para quedarse con lo ajeno".

"También hay quienes se aprovechan de las alcancías donde los fieles  hacen su contribución a la ilglesia. Varias técnicas para robar desdde introducir una bolsa de plástico para luego sacarla con el dinero. O un alambre con chicle en la punta y se pesca el contenido. Otros se roban la alcancía directamente", concluye Vicat. 

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