Una brutal escena de crimen en Diego de Rojas, una localidad de la provincia de Córdoba, conmocionó al pequeño ubicado a 120 km de la capital, con el asesinato de Norma Beatriz Quiñones, ejecutada de un disparo por su ex pareja, Raúl Pérez, quien al rato de irrumpir su vivienda y matar a la víctima, se quitó la vida con la misma arma.

La Fiscalía en Violencia Familiar del Turno 6° de Río Primero, con Gabriel Oliva a la cabeza, está llevando adelante la investigación del inusual crimen ocurrido en la madrugada de este miércoles, en el pueblo con apenas 500 habitantes. La mujer tenía 60 años; y su ex pareja, 58. Según trascendió luego del conocido hecho es que estaban divorciados y no convivían juntos.

Por motivos que aún están bajo investigación, Pérez llegó a la casa de Quiñones a las 23.50 del martes y ocultó la escopeta con la que cometería el asesinato. Según trascendieron fuentes policiales, cuando el hombre ingresó al domicilio de la mujer, intercambiaron palabras con un tono elevado y fue ese entonces cuando el agresor ejecutó a su ex pareja en su propio hogar.

Una vez consumado el hecho, Pérez tomó su automóvil y escapó de la escena del crimen para no ser descubierto. Cuando llegó a la zona de su vivienda, precisamente en un descampado y a 100 metros del patio de la casa, el agresor tomó la drástica decisión de dispararse con un tiro en la cabeza y quitarse la vida.

Vale mencionar que en la previa del brutal asesinato, los efectivos policiales jamás detectaron una denuncia por violencia de género por parte de Norma Beatriz Quiñones. El ex matrimonio tenía dos hijos en común y el divorcio se había realizado dos años atrás.

La Policía Federal tomó cartas en el asunto e intervino en la espera de informes técnicos y las pericias de los cadáveres. En tanto, con el asesinato de la víctima se contabilizan un total de 17  femicidios ocasionados en la provincia de Córdoba, en todo el año 2022.

Un informe del Observatorio Nacional Mumalá (Mujeres de la Matria Latinoamericana) detalló que el vínculo de la mujer asesinada tiene vínculo con su agresor en la mayoría de los casos. En esta oportunidad, el 61% son parejas o exparejas, 12% hombres conocidos por la víctima, 12% son hombres familiares directos, un 6% de hombres que son familiares indirectos, mientras que el 9% restante no existe vínculo.